jueves, 31 de marzo de 2022

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Viernes , 01 de abril del 2022.



PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

Dijo Jesús a sus discípulos: -En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará (Jn 12,24-26).

Pensamiento franciscano:

En la Admonición "Hay que esconder el bien para que no se pierda", dice san Francisco: «Bienaventurado el siervo que atesora en el cielo los bienes que el Señor le muestra, y no ansía manifestarlos a los hombres con la mira puesta en la recompensa, porque el Altísimo en persona manifestará sus obras a todos aquellos a quienes le plazca. Bienaventurado el siervo que guarda en su corazón los secretos del Señor» (Adm 28).

Orar con la Iglesia:

Bendigamos a Cristo, pan vivo bajado del cielo, y digámosle: Cristo, paz de las almas y salvación de los hombres, fortalece nuestra debilidad.

-Señor, sacia nuestra hambre en el banquete de la Eucaristía, y haz que participemos plenamente de los bienes de tu sacrificio pascual.

-Concédenos, Maestro bueno, escuchar tu palabra con corazón dócil y noble, y haz que perseveremos hasta dar fruto.

-Haz, Señor, que con nuestro trabajo cooperemos contigo para mejorar el mundo y especialmente nuestro entorno inmediato.

-Señor, que nuestra vida y nuestras obras, así como la acción de tu Iglesia, hagan crecer y consolidar tu paz en el mundo.

-Reconocemos, Señor, que hemos pecado; perdona nuestras faltas por tu gran misericordia.

Oración: Concédenos, Señor Jesús, perseverar en el cumplimiento de tus mandatos llenos de amor, como tu permaneciste fiel a la voluntad del Padre incluso en los momentos más fuertes. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

Los judíos trataban de matarlo.

 

Los judíos trataban de matarlo

Viernes 1 de abril 

¡Paz y Bien!

Evangelio

Juan 7, 1-2. 10. 25-30

En aquel tiempo, Jesús recorría Galilea, pues no quería andar por Judea, porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta de los judíos, llamada de los Campamentos.

Cuando los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén para la fiesta, llegó también él, pero sin que la gente se diera cuenta, como de incógnito. Algunos, que eran de Jerusalén, se decían: «¿No es éste al que quieren matar? Miren cómo habla libremente y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene éste; en cambio, cuando llegue el Mesías, nadie sabrá de dónde viene».

Jesús, por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó: «Conque me conocen a mí y saben de dónde vengo. Pues bien yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; y a él ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado». Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

Palabra del Señor

Reflexión

Uno de los elementos que podemos destacar de este evangelio es el hecho de que Jesús quería pasar desapercibido, pues dice que llegó, no abiertamente sino en secreto, como de incógnito.

Sin embargo, el resultado es que todo el pueblo se dio cuenta de que él estaba ahí. A pesar de que su idea era no ser visto, el celo por la predicación lo lleva al templo, y todos lo reconocen. Esta es una de las características naturales del cristiano: no puede pasar desapercibido, todo el mundo se da cuenta.  "Quien lo tiene no lo puede ocultar y quien no lo tiene no lo puede fingir".

Y es que la vida, el pensamiento, las actitudes, en fin, todo el ser del cristiano, lo descubre como un seguidor del Maestro. Su ansia de comunicar el Evangelio, lo hace ponerse al descubierto, aun en circunstancias que pudieran considerarse peligrosas. ¿Qué tanto transparentas a Cristo en tu vida diaria?

¡Feliz Viernes!

Compartir en Cristo Viernes semana cuarta de Cuaresma (1 abril 2022


Viernes semana cuarta de Cuaresma (1 abril 2022)

De Corazón a corazón: Sab 2,1.12-22 ("Tendamos lazos al justo… condenémosle a una muerte afrentosa"); Jn 7,1-2.10.25–30 ("Yo le conozco (al Padre) porque vengo de él y es él quien me ha enviado")

Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: El proyecto en que se mueve Jesús es claro: cumplir la misión salvífica encargada por el Padre. El precio es la donación total de sí mismo. Podemos constatar una constante histórica: si alguien (un "justo") quiere hacer de su vida sólo donación de sí, con gratuidad, sin ruidos, puede quedar ridiculizado y quizá hasta "crucificado". Si Jesús hubiera nacido en otro pueblo, le hubiera ocurrido lo mismo. Es la "suerte" de Jesús, que él quiere compartir con "los suyos" hasta "el final" (Jn 13,1). Nos invita a conocerle amándole y compartiendo su misma vida de donación: “El que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él” (Jn 14,21).

* Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: María recordó siempre la profecía de Simeón sobre la "espada" (Lc 2,35)). La razón de su existir era sólo la de "compartir" la misma suerte de su Hijo. Es "la mujer" (Jn 19,26), la madre "consorte", virgen fiel y fecunda, que comparte el "dolor" y el "gozo" (Jn 16,21) de Jesús y de "los suyos".


 

LA CELEBRACIÓN DE LA PASCUA JUNTA EN UNA MISMA FE A LOS QUE SE ENCUENTRAN CORPORALMENTE SEPARADOS.

 



LA CELEBRACIÓN DE LA PASCUA JUNTA EN UNA MISMA FE A LOS QUE SE ENCUENTRAN CORPORALMENTE SEPARADOS

Vemos, hermanos míos, cómo vamos pasando de una fiesta a otra, de una celebración a otra, de una solemnidad a otra. Ahora ha llegado aquel tiempo en que todo vuelve a comenzar, a saber, la preparación de la Pascua venerable, en la que el Señor fue inmolado. Nosotros nos alimentamos, como de un manjar de vida, y deleitamos siempre nuestra alma con la sangre preciosa de Cristo, como de una fuente; y, con todo, siempre estamos sedientos de esa sangre, siempre sentimos un ardiente deseo de recibirla. Pero nuestro Salvador está siempre a disposición de los sedientos y, por su benignidad, atrae a la celebración del gran día a los que tienen sus entrañas sedientas, según aquellas palabras suyas: El que tenga sed que venga a mí y que beba.

No sólo podemos siempre acercarnos a saciar nuestra sed, sino que además, siempre que lo pedimos, se nos concede acceso al Salvador. El fruto espiritual de esta fiesta no queda limitado a un tiempo determinado, ya que sus rayos esplendorosos no conocen ocaso, sino que está siempre a punto de iluminar las mentes que así lo desean. Goza de una virtualidad ininterrumpida para con aquellos cuya mente está iluminada y que día y noche están atentos al libro sagrado, como aquel hombre a quien el salmo proclama dichoso, cuando dice: Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.

Ahora bien, el mismo Dios, amados hermanos, que al principio instituyó para nosotros esta fiesta, nos ha concedido poderla celebrar cada año; y el que entregó a su Hijo a la muerte por nuestra salvación nos otorga, por el mismo motivo, la celebración anual de este sagrado misterio. Esta fiesta nos sostiene en medio de las miserias de este mundo; y ahora es cuando Dios nos comunica la alegría de la salvación, que irradia de esta fiesta, ya que en todas partes nos reúne espiritualmente a todos en una sola asamblea, haciendo que podamos orar y dar gracias todos juntos, como es de ley en esta fiesta. Esto es lo admirable de esta festividad: que él reúne para celebrarla a los que están lejos y junta en una misma fe a los que se encuentran corporalmente separados.


De las Cartas pascuales de san Atanasio, obispo
(Carta 5, 1-2: PG 26, 1379-1380)


Liturgia de las horas P. Paco Rebollo SIERVOS DEL DIVINO AMOR. OFICIO DE LECTURA, LAUDES, HORAS INTERMEDIAS, VÍSPERAS Y COMPLETAS. 1 DE ABRIL VIERNES IV DE CUARESMA

 




Propio del Tiempo. Salterio IV

 

OFICIO DE LECTURA

 

INVITATORIO

Si ésta es la primera oración del día:

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»


Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Himno: ¡OH REDENTOR, OH CRISTO!

¡Oh Redentor, oh Cristo,
Señor del universo,
víctima y sacerdote,
sacerdote y cordero!

Para pagar la deuda
que nos cerraba el cielo,
tomaste entre tus manos
la hostia de tu cuerpo
y ofreciste tu sangre
en el cáliz del pecho:
altar blando, tu carne;
altar duro, un madero.

¡Oh Cristo Sacerdote,
hostia a la vez y templo!
Nunca estuvo la vida
de la muerte tan dentro,
nunca abrió tan terribles
el amor sus veneros.

El pecado del hombre,
tan huérfano del cielo,
se hizo perdón de sangre
y gracia de tu cuerpo. Amén.

SALMODIA

MISAL DIARIO PALABRA DE DIOS. LECTURAS DEL VIERNES IV DE CUARESMA 1 DE ABRIL (MORADO)



 ¿No es éste al que quieren matar? Miren cómo habla libremente y no le dicen nada.







ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 53, 3-4

Señor, sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria, presta oídos a las palabras de mi boca.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que preparaste abundantes remedios para nuestra fragilidad, concédenos que podamos recibir con alegría su efecto reparador y lo manifestemos con una vida santa. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.

Del libro de la Sabiduría: 2, 1. 12-22

Los malvados dijeron entre sí, discurriendo equivocadamente: "Tendamos una trampa al justo, porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones a la ley, nos reprende las faltas contra los principios en que fuimos educados. Presume de que conoce a Dios y se proclama a sí mismo hijo del Señor.

Liturgia de la Palabra:


Liturgia de la Palabra:

31/03/2022
Jueves de la cuarta semana de Cuaresma.
PRIMERA LECTURA
Arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo.
Lectura del libro del Éxodo 32, 7-14
En aquellos días, el Señor dijo a Moisés:
«Anda, baja de la montaña, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto”».
Y el Señor añadió a Moisés:
«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo».
Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios:
«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Por qué han de decir los egipcios: “Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra”? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre”».
Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 105, 19-20. 21-22. 23
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba. R.
Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en la tierra de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R.
Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R.

Versículo Cf. Jn 3, 16
V: Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito;
todo el que cree en él tiene vida eterna.

EVANGELIO
Hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 31-47
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis.
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése si lo recibiréis.
¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».
Palabra del Señor. 

 

Sacramentos

 



Jueves Santo: Institución de la Sagrada Eucaristía, y del Sacerdocio



Marcan la santidad de este día dos celebraciones importantes. Por la mañana, en la Catedral, se celebra la misa crismal, en la que el presbítero renueva las promesas sacerdotales, y el obispo consagra los óleos para las celebraciones de los sacramentos. 

Por la tarde, con la misa de la última cena comienza la preparación para el triduo pascual, en la que se rememora la institución de la eucaristía y del sacerdocio, y el mandamiento del servicio fraterno a través del amor humilde y generoso.


Este es el día Eucarístico por excelencia, hoy Jesús comparte su cuerpo y sangre, el pan y el vino, como signo auténtico de su entrega: “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”.

El Triduo Pascual celebra el paso o tránsito del Señor de este mundo al Padre a través de su muerte, sepultura y resurrección, que tuvieron lugar en los tres días del viernes, sábado y domingo. Por ello, el triduo pascual está formado por tres días (Viernes santo y Sábado Santo y Domingo de Resurrección), no por cuatro, como acontecería si el Jueves Santo se considerara también como parte del triduo.

La solemnidad máxima del triduo se inicia en las últimas horas del día precedente.
La misa vespertina del Jueves Santo constituye como una introducción a las celebraciones de los días santos del triduo pascual. La misa vespertina del Jueves Santo debe vivirse como sacramento o signo que recuerda y hace presente el misterio pascual de la Muerte y Resurrección del Señor.
Jesús reúne a sus apóstoles para celebrar con ellos la última cena, en ella instituyó la eucaristía. Él quiso que, como en su última cena, sus discípulos nos reuniéramos y nos acordáramos de Él bendiciendo el pan y el vino: “Hagan esto en memoria mía” (Lc 22,19).
Se debe reconocer que en esa cena, el Señor celebra su muerte por adelantado, anuncia proféticamente, por anticipado, su Pasión y Muerte. Ahí está el sentido de que “cuando comemos de ese pan y bebemos de esa copa, proclamamos la muerte del Señor hasta que Él vuelva”. Cuánto sufrimiento, pero cuánta entrega existe en esas palabras.

Sacerdotes según el corazón de Dios
También se celebra la institución del sacerdocio, pues sin sacerdote no hay eucaristía, ya que el mismo Señor actúa en el sacerdote para convertir el pan en su cuerpo y el vino en su sangre. Jesús quiso que un pastor guiase a su rebaño, a su Iglesia; que cuidara de los suyos, los apacentara; es decir, les diera de comer pasto (Palabra de Dios y la eucaristía), les nutriese con todo lo que necesitaría para perseverar en la vida de fe.
Nuestro especial homenaje a todos los sacerdotes del mundo entero en quienes Jesús, el Buen Pastor, actúa y a través de quienes habla, anima, reprende, sana, libera, comprende, perdona, ama...

Elevamos una plegaria especial de petición al Señor que nos regale más sacerdotes para guiar a su pueblo. Más sacerdotes santos a través de quienes Dios santifica, y más sacerdotes sabios a través de quienes enseña con la sabiduría divina para hacer saborear los misterios de Dios en nuestra cultura de nuestros tiempos. Agradecemos por aquellos sacerdotes que nos bautizaron, nos confirmaron, nos dieron la eucaristía y el perdón de Dios.

Vine para servir y no ser servido
El servicio al hermano, amándolo, simbolizado con el lavatorio de los pies, es maravilloso resaltar que Jesús vino no a ser servido sino a servir y dar su vida por muchos (cf. Mt 20,28). Su servicio lo hace con humildad y de corazón. Acá tiene sentido la frase que se suele usar: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”. Pero entendido el servicio en el contexto cristiano, no en un ámbito meramente humano, sin mirar desde la fe que Dios se manifiesta en esa experiencia.


Jesús va más allá del simple rito, sobre todo se nota porque en vez de realizar antes de cenar, lo hace mientras cenaban. Superando toda limitación ritual, les introduce a formar parte de la familia de Dios, mostrándose Él como ejemplo. El texto nos dice que después de haberles lavado los pies, se puso el manto, regresó a la mesa y les expresó: ¿Comprenden lo que acabé de hacer con ustedes? Si yo siendo el Maestro les lavo los pies es para que ustedes también se laven los pies unos a otros (cf. Jn 13,1-15).
Con este gesto se despoja de su señorío, mostrando actitud de humildad y de donación. Y lo muestra para que sus amigos, misioneros, hagan lo mismo entre ellos y para con los demás.
La caridad es la virtud sobrenatural por la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos por el mismo amor a Dios. Es la virtud por excelencia porque le motiva para amar al prójimo el mismo Dios y tiende hacia Dios. El amor es más fuerte que nuestras mismas debilidades y limitaciones. Lo entrega y da todo, lo espera todo y se alegra siempre.


Reflexión 90: Unidad con todos

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina

Reflexión 90: Unidad con todos

Estamos hechos para la unidad unos con otros. Cuando hay falta de unidad, los efectos se sienten en las familias, las comunidades y entre las naciones. ¿Qué es lo que nos une más que nada? Ante todo, estamos unidos con otras almas a través de nuestro Bautismo (Ver Diario #391).

Piensa en el hecho más básico de que compartes un vínculo inquebrantable con todas y cada una de las personas que son bautizadas en Cristo Jesús. Independientemente de si otro está aceptando o no su llamado bautismal, la unidad aún permanece. Piensa en esa unidad y aférrate a ella. Permítete ver a todos y cada uno de los bautizados como un verdadero hermano o hermana en Cristo. Esto cambiará la forma en que piensas sobre ellos y actúas hacia ellos.

Señor, te agradezco por la maravillosa familia que has creado a través del Sacramento del Bautismo. Te agradezco que tengo la bendición de compartir en esta familia. Ayúdame a amar a todos Tus hijos por el simple hecho de que son mis hermanos y hermanas en Ti. Jesús, en Ti confío.



El testimonio de las obras de Dios 31 de marzo de 2022 Jueves de la Cuarta Semana de Cuaresma

 



Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

El testimonio de las obras de Dios
31 de marzo de 2022
Jueves de la Cuarta Semana de Cuaresma
Lecturas para Hoy

“Las obras que el Padre me dio para llevar a cabo, estas obras que realizo dan testimonio a mi favor de que el Padre me ha enviado”. Juan 5:36

Las obras realizadas por Jesús ofrecen testimonio de la misión que le encomendó el Padre del Cielo. Comprender esto nos ayudará a abrazar nuestra propia misión en la vida.

En primer lugar, veamos el hecho de que las obras de Jesús ofrecieron testimonio . En otras palabras, Sus obras transmitieron un mensaje a otros acerca de quién era Él. El testimonio de sus acciones reveló su esencia misma y su unión con la voluntad del Padre.

Así que esto plantea la pregunta: "¿Qué obras ofrecieron este testimonio?" Uno podría concluir inmediatamente que las obras de las que Jesús estaba hablando eran sus milagros. Cuando las personas fueron testigos de los milagros que realizó, se habrían convencido de que fue enviado por el Padre que está en los cielos. ¿Derecha? Realmente no. El hecho es que hubo muchos que vieron a Jesús realizar milagros y permanecieron tercos, negándose a aceptar sus milagros como prueba de su divinidad.

Aunque sus milagros fueron extraordinarios y fueron señales para aquellos que estaban dispuestos a creer, la “obra” más profunda que realizó fue la de su amor humilde y genuino. Jesús fue genuino, honesto y puro de corazón. Exudaba todas las virtudes que uno podía tener. Por lo tanto, el testimonio que sus acciones ordinarias de amor, cuidado, preocupación y enseñanza dieron fue lo que habría conquistado muchos corazones en primer lugar. De hecho, para aquellos que estaban abiertos, Sus milagros fueron, en cierto sentido, solo la guinda del pastel. La “torta” era su presencia genuina que revelaba la misericordia del Padre.

No puedes hacer milagros de Dios (a menos que tengas un carisma extraordinario para hacerlo), pero puedes actuar como testigo de la Verdad y compartir el Corazón del Padre en el Cielo si humildemente buscas ser puro de corazón y permites que el Corazón del Padre en el Cielo para que brille a través de ti en tus acciones diarias. Incluso la acción más pequeña de amor genuino dice mucho a los demás.

Reflexiona, hoy, sobre tu llamado a dar testimonio del Padre Celestial. Estás llamado a compartir el amor del Padre con todos los que conoces. Si abrazan esta misión, en formas grandes y pequeñas, el Evangelio se manifestará a otros a través de ustedes, y la voluntad del Padre se cumplirá más plenamente en nuestro mundo.

Mi genuino y santo Señor, te pido que actúe como testigo del amor que brota de Tu Corazón. Dame la gracia de ser real, genuino y sincero. Ayúdame a convertirme en un instrumento puro de Tu Corazón misericordioso para que todas mis obras den testimonio de Tu misericordia. Jesús, en Ti confío.



Los Jóvenes son la Esperanza, Padre Juan Jaime Escobar - Tele VID

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