sábado, 26 de marzo de 2022

Reflexión 85: Mortificación Interior

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina

Reflexión 85: Mortificación Interior

Uno de los mayores regalos que podemos dar a nuestro Divino Señor es nuestra obstinación. A menudo queremos lo que queremos, cuando lo queremos. Nuestra voluntad puede volverse terca y obstinada y esto puede fácilmente dominar todo nuestro ser. Como resultado de esta tendencia pecaminosa a la obstinación, una cosa que agrada mucho a nuestro Señor y produce una abundancia de gracia en nuestras vidas, es una obediencia interior a lo que no queremos hacer. Esta obediencia interior, hasta en las cosas más pequeñas, mortifica nuestra voluntad para que seamos libres para obedecer más plenamente la Voluntad gloriosa de Dios (Ver Diario #365).

¿Qué quieres con pasión? Más específicamente, ¿a qué te aferras de manera obstinada con tu propia voluntad? Hay muchas cosas que queremos que fácilmente podrían ser sacrificadas por Dios. Puede que no sea que lo que deseamos sea malo; más bien es que el desprendimiento de nuestros deseos y preferencias interiores nos cambia y nos dispone a ser más receptivos a todo lo que Dios quiere regalarnos.

Señor, ayúdame a hacer mi único deseo el de perfecta obediencia a Ti en todas las cosas. Que me aferre a Tu Voluntad para mi vida en las cosas grandes y pequeñas. Que encuentre en esta sumisión de mi voluntad la gran alegría que brota de un corazón totalmente sumiso y obediente a Ti. Jesús, en Ti confío.





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