martes, 28 de febrero de 2023

Piden una señal...

 

Piden una señal...

Miércoles 1 de marzo

¡Paz y Bien!

Evangelio

Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: "La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.

Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás".

Palabra del Señor

Reflexión

La gente seguía a Jesús fascinada por sus milagros y pidiendo una señal que les comprobara que era VERDADERAMENTE el Mesías. Hoy en día, todavía hay mucha gente que continúa buscando los milagros del Señor en lugar de buscar al Señor de los milagros.

Día con día, Dios nos da signos de su presencia, de su amor, y nos invita a vivir en él, a confiar en él, a tenerlo verdaderamente como nuestro Dios y Señor. Basta abrir bien nuestros ojos, sobre todo los del corazón, y nos daremos cuenta que habita entre nosotros, que nos protege en nuestras dificultades, que ni un momento estamos solos.

Los que no lo ven o no lo sienten cercano, generalmente es porque no oran. Si tú no quieres ser de los que se pasan la vida pidiendo a Dios "una señal", ora y como resultado: verás, oirás y amarás.

¡Feliz Miércoles!

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 1 DE MARZO


PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

Así escribía san Pablo a los Corintios: -No juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le corresponda (1 Cor 4,5).

Pensamiento franciscano:

Dice san Francisco en su Carta a toda la Orden: -Ruego a mi señor el ministro general, que haga que la Regla sea observada por todos, y que los clérigos recen el oficio con devoción en la presencia de Dios, no atendiendo a la melodía de la voz, sino a la consonancia de la mente, de forma que la voz concuerde con la mente, y la mente concuerde con Dios, para que puedan aplacar a Dios por la pureza del corazón y no recrear los oídos del pueblo con la sensualidad de la voz (CtaO 40-42).

Orar con la Iglesia:

Alabemos a Dios uno y trino, y presentémosle nuestras peticiones confiados en la intercesión de Jesucristo.

-Dios de misericordia, concédenos el espíritu de oración y de penitencia, y danos un verdadero deseo de amarte a ti y de amar a nuestros hermanos.

-Concédenos también ser constructores de tu reino, para que abunde la justicia y la paz en la tierra.

-Haz que sepamos descubrir la bondad y hermosura de tu creación, para que su belleza se haga alabanza en nuestros labios.

-Perdónanos por haber ignorado la presencia de Cristo en los pobres, los sencillos, los marginados.

-Perdona igualmente nuestros pecados de omisión por no haber atendido a tu Hijo en esos hermanos nuestros.

Oración: Señor, Padre santo, ayúdanos a librarnos de la seducción del pecado, a amarte en nuestros hermanos y a bendecirte por tu creación. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

Salmo 23

 


Salmo 23 - 


Entrada solemne de Dios en su Templo


Del Señor es la tierra y cuanto la llena,

el orbe y todos sus habitantes:

El la fundó sobre los mares,

El la afianzó sobre los ríos.


¿Quién puede subir al monte del Señor?

¿Quién puede estar en el recinto sacro?


El hombre de manos inocentes

y puro corazón,

que no confía en los ídolos

ni jura contra el prójimo en falso.

Ese recibirá la bendición del Señor,

le hará justicia el Dios de salvación.


Este es el grupo que busca al Señor,

que viene a tu presencia, Dios de Jacob.


¡Portones!, alzad los dinteles,

levantaos, puertas antiguas:

va a entrar el Rey de la gloria.


¿Quién es ese Rey de la gloria?

El Señor, héroe valeroso;

el Señor, héroe de la guerra.


¡Portones!, alzad los dinteles,

levantaos, puertas antiguas:

va a entrar el Rey de la gloria.


¿Quién es ese Rey de la gloria?

El Señor, Dios de los ejércitos.

Él es el Rey de la gloria.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno a Jesús Sacramentado por Santo Tomás de Aquino

 


Himno a Jesús Sacramentado por Santo Tomás de Aquino.

(Adoro te devote)

Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad. En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido. No veo las llagas como las vio Tomas pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti esperé y que te ame. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura. Señor Jesús, bondadoso Pelícano, límpiame a mí,inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria.

miércoles, 1 de marzo de 2023 Santo Evangelio 1 de Marzo 2023

 



Texto del Evangelio (Lc 11,29-32):

 En aquel tiempo, habiéndose reunido la gente, Jesús comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás».



«Así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación»


Fr. Roger J. LANDRY

(Hyannis, Massachusetts, Estados Unidos)

Hoy, Jesús nos dice que la señal que dará a la “generación malvada” será Él mismo, como la “señal de Jonás” (cf. Lc 11,30). De la misma manera que Jonás dejó que lo arrojaran por la borda para calmar la tempestad que amenazaba con hundirlos —y, así, salvar la vida de la tripulación—, de igual modo permitió Jesús que le arrojasen por la borda para calmar las tempestades del pecado que hacen peligrar nuestras vidas. Y, de igual forma que Jonás pasó tres días en el vientre de la ballena antes de que ésta lo vomitara sano y salvo a tierra, así Jesús pasaría tres días en el seno de la tierra antes de abandonar la tumba (cf. Mt 12,40).

La señal que Jesús dará a los “malvados” de cada generación es su muerte y resurrección. Su muerte, aceptada libremente, es la señal del increíble amor de Dios por nosotros: Jesús dio su vida para salvar la nuestra. Y su resurrección de entre los muertos es la señal de su divino poder. Se trata de la señal más poderosa y conmovedora jamás dada.

Pero, además, Jesús es también la señal de Jonás en otro sentido. Jonás fue un icono y un medio de conversión. Cuando en su predicación «dentro de cuarenta días Nínive será destruida» (Jon 3,4) advierte a los ninivitas paganos, éstos se convierten, pues todos ellos —desde el rey hasta niños y animales— se cubren con arpillera y cenizas. Durante estos cuarenta días de Cuaresma, tenemos a alguien “mucho más grande que Jonás” (cf. Lc 11,32) predicando la conversión a todos nosotros: el propio Jesús. Por tanto, nuestra conversión debiera ser igualmente exhaustiva.

«Pues Jonás era un sirviente», escribe san Juan Crisóstomo en la persona de Jesucristo, «pero yo soy el Maestro; y él fue arrojado por la ballena, pero yo resucité de entre los muertos; y él proclamaba la destrucción, pero yo he venido a predicar la Buena Nueva y el Reino».

La semana pasada, el Miércoles de Ceniza, nos cubrimos con ceniza, y cada uno escuchó las palabras de la primera homilía de Jesucristo, «Arrepiéntete y cree en el Evangelio» (cf. Mc 1,15). La pregunta que debemos hacernos es: —¿Hemos respondido ya con una profunda conversión como la de los ninivitas y abrazado aquel Evangelio?

Liturgia de las horas P. Paco Rebollo SIERVOS DEL DIVINO AMOR. OFICIO DE LECTURA, LAUDES, HORAS INTERMEDIAS, VÍSPERAS Y COMPLETAS. 1 DE MARZO MIÉRCOLES I DE CUARESMA

 



Propio del Tiempo. Salterio I

 

OFICIO DE LECTURA

 

INVITATORIO

 

Si ésta es la primera oración del día:

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

 

Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»

 

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»

 

Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

Himno: LEVÁNTAME SEÑOR, QUE ESTOY CAÍDO

 

Levántame Señor, que estoy caído,

sin amor, sin temor, sin fe, sin miedo;

quiérome levantar, y estoyme quedo;

yo propio lo deseo, y yo lo impido.

 

Estoy, siendo uno solo, dividido:

a un tiempo muerto y vivo, triste y ledo;

lo que puedo hacer, eso no puedo;

huyo del mal y estoy en él metido.

 

Tan obstinado estoy en mi porfía,

que el temor de perderme y de perderte

jamás de mi mal uso me desvía.

 

Tu poder y bondad truequen mi suerte:

que en otros veo enmienda cada día,

y en mí nuevos deseos de ofenderte. Amén.

 

SALMODIA

MISAL DIARIO PALABRA DE DIOS. LECTURAS DEL MIÉRCOLES I DE CUARESMA 1 DE MARZO (MORADO). MIÉRCOLES I DE CUARESMA

 Aquí hay uno que es más que Salomón.






ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 6. 3. 22

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas, y no permitas que nos derrote el enemigo. Sálvanos, Dios de Israel, de todas nuestras angustias.

ORACIÓN COLECTA

Mira con bondad, Señor, la devota entrega de tu pueblo y ya que con sus privaciones se empeña en dominar su cuerpo, haz que con el fruto de sus buenas obras se fortalezca su alma. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

Los habitantes de Nínive se arrepintieron de su mala conducta.

Del libro del profeta Jonás: 3, 1-10

En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: "Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar".

Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida".

La Ley Moral

 

El Plan de Dios muestra al hombre el camino que debe seguir para practicar el bien y alcanzar su fin último: la plena reconciliación y la salvación.

En el Antiguo Testamento Dios da a su Pueblo, por medio de Moisés, los Diez Mandamientos, que son el resumen de la Ley moral.

En el Nuevo Testamento Jesucristo nos da la Ley evangélica, que es la perfección de la Ley divina natural y revelada.

¿Cómo puede clasificarse la ley moral?

La ley moral puede clasificarse en ley moral natural, ley moral antigua o ley de Moisés, y ley moral nueva o ley evangélica.

¿Qué pasos siguió la ley moral?

La ley moral siguió tres pasos: 1º fue escrita la ley natural en el corazón de los hombres; 2º fue revelada por Dios en los Diez Mandamientos; y 3º Jesucristo confirmó y perfeccionó la ley divina y revelada por medio de las enseñanzas del Evangelio y la virtud del Espíritu Santo.

El perdón de los pecados

 

Ya en el Antiguo Testamento invitó Dios a los hombres a la conversión de los pecados y les ofreció su misericordia.

En el Evangelio se nos repite este llamado a la conversión y a la penitencia con más fuerza, Jesucristo es el que se ofreció en sacrificio por nuestros pecados; no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo (1Jn 2,2). Jesucristo dio a los Apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados por el Bautismo y la Confesión.

¿Existe el perdón de los pecados?

Si, existe el perdón de los pecados porque Jesucristo dio a los Apóstoles el poder de perdonarlos para reconciliar al hombre con Dios y con los hermanos.

¿Cuáles fueron las palabras del Señor al conceder a los Apóstoles la potestad de perdonar los pecados?

Las palabras de Cristo al conceder a los Apóstoles la potestad de perdonar los pecados fueron: "Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; pero a quienes no se los perdonen, no les quedarán perdonados".

¿Cómo cumplieron los Apóstoles el encargo de perdonar los pecados?

Los Apóstoles cumplieron el encargo de perdonar los pecados impartiendo el sacramento del Bautismo a los no cristianos y el sacramento de la Penitencia a los fieles que pecan después del Bautismo.

Misa Martes 28 Febrero 2023

Santa Misa de hoy martes 28 de febrero de 2023. Rvdo. Enric Ribas, pbro.

EVANGELIO DE HOY 📚 Martes 28 de Febrero de 2023 / Padre Efraín -Arquidió...

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lunes, 27 de febrero de 2023

Padre nuestro...

 

Padre nuestro...

Martes 28 de febrero

¡Paz y Bien!

Evangelio

Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes hagan oración no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así:

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu nombre,

venga tu Reino,

hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.


Danos hoy nuestro pan de cada día,

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas".

Palabra del Señor

Reflexión

Quisiera hoy centrar nuestra reflexión sobre el perdón. Ante todo, debemos entender que el perdón no es un sentimiento, sino un acto de la voluntad. Cuando una persona nos ofende, se crea en nosotros un "sentimiento" (generalmente de resentimiento, pudiendo incluso llegar al odio) del cual, de manera ordinaria, no podemos tener control, pues responde a una acción que toca un área "espiritual" (lo mismo podemos decir del amor, la envidia y otros).

Este sentimiento se incrementará con la repetición de acciones semejantes a las que lo crearon y/o reaccionando de acuerdo con el "impulso" natural de este sentimiento (en este caso, sería la agresión); en cambio, disminuirá, pudiendo llegar a desaparecer, con una respuesta contraria a la que el sentimiento genera. Perdonar es la decisión que el hombre toma de no reaccionar conforme al sentimiento, sino por el contrario, buscar la acción que pueda ayudar a que éste desaparezca, como puede ser una sonrisa, el servicio, la cortesía.

Por ello, el perdón exige renuncia, renuncia a nosotros mismos, a nuestro afán de venganza, a actuar conforme a nuestra pasión. En pocas palabras, perdonar es devolver bien a cambio de mal. Sólo si nosotros perdonamos, tendremos también el perdón de Dios, y más aún: experimentaremos la verdadera alegría de amar. No es fácil, pero todo es posible con la gracia de Dios.

¡Feliz Martes!


PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 28 DE FEBRERO


PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

Así dice el Señor Dios: El ayuno que yo quiero es éste: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: Aquí estoy (Is 58,6-7.9).

Pensamiento franciscano:

De las cartas de santa Clara a santa Inés: -Mira a Cristo pobre hecho despreciable por ti y síguelo, hecha tú despreciable por Él en este mundo. Reina nobilísima, mira atentamente, considera, contempla, deseando imitarlo, a tu Esposo, el más hermoso de los hijos de los hombres, que, por tu salvación, se ha hecho el más vil de los hombres, despreciado, golpeado y flagelado de múltiples formas en todo su cuerpo, muriendo en medio de las mismas angustias de la cruz (2CtaCl 19-20).

Orar con la Iglesia:

Oremos a Dios Padre, que está siempre cerca de nosotros y nos escucha lleno de amor y de comprensión.

-Para que la Iglesia muestre a todos con sus obras e instituciones la misericordia con que Dios nos trata.

-Para que no caigamos en la tentación de guardar las meras formas externas de la religiosidad.

-Para que cuantos tienen autoridad sobre los demás sientan que están a su servicio para el bien y la justicia.

-Para que los cristianos comprendamos cada vez más y mejor el sentido y las exigencias del ayuno cuaresmal y de toda práctica religiosa.

Oración: Confírmanos, Señor, en el espíritu de la penitencia cuaresmal, y haz que nuestra austeridad exterior vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


 

HACIA DIOS POR LA PENITENCIA (IX) por Kajetan Esser, OFM

 


HACIA DIOS POR LA PENITENCIA (IX)
por Kajetan Esser, OFM

Orientaciones prácticas (I)

Por lo que se refiere a la práctica de la penitencia, debemos dejar bien sentado que san Francisco se muestra muy parco al hablar de las obras concretas de mortificación y penitencia. En lugar de señalar orientaciones precisas y puntos particulares, prefiere hacer hincapié en las disposiciones fundamentales del hombre. Por amor de Dios y de su Reino, el hombre debe renunciar a sí mismo y mortificar los deseos del propio yo. Acerca de esto no hay duda alguna en Francisco. El problema viene cuando se trata del modo de llevar a cabo esta orientación en casos y en vidas concretas. Francisco lo deja a la «inspiración divina», y así evita el poner trabas de antemano a la libre acción de la gracia. Por eso encontramos tan pocos detalles concretos sobre la materia en Francisco.

Por supuesto, los hermanos deben ayunar como ayunaban entonces todos los religiosos. Pero cuando se comparan las disposiciones de Francisco con las que entonces estaban en vigor en otras órdenes, se las ve notablemente más moderadas. Lo que interesa, según Francisco, es que el ayuno exterior sea siempre reflejo de la mortificación interior. «Debemos también ayunar y abstenernos de los vicios y pecados, y de la demasía en el comer y beber, y ser católicos» (2CtaF 32). También previene contra toda exageración; tiene en cuenta la condición particular de cada hermano, como su respectiva situación. Como David comió por necesidad los panes de la proposición, así también a los hermanos «en caso de necesidad, séales lícito..., dondequiera que estén, servirse de todos los manjares que pueden comer los hombres... En tiempo de manifiesta necesidad, obren todos los hermanos, en cuanto a las cosas que les son necesarias, según la gracia que les otorgue el Señor, porque la necesidad no tiene ley» (1 R 9,13.16).

Su Carta a un ministro nos da a conocer otro género de penitencia: soportar la vida tal como se presenta y soportar y aceptar a los hombres como son. E insistirá de manera particular sobre esta mortificación: «Dichoso el que soporta a su prójimo en su fragilidad como querría que se le soportara a él si estuviese en caso semejante» (Adm 18,1). El no aceptar las situaciones concretas de la vida como queridas por Dios, ni emplearlas para Él, significa para Francisco un «abuso de lo presente»; con perfecta clarividencia lo caracteriza como «afán de la carne» (2 Cel 134).

Instará a los hermanos enfermos: «Ruego al hermano enfermo que por todo dé gracias al Creador; y que desee estar tal como el Señor le quiere, sano o enfermo, porque a todos los que Dios ha predestinado para la vida eterna los educa con los estímulos de los azotes y de las enfermedades y con el espíritu de compunción, como dice el Señor: A los que yo amo, los corrijo y castigo. Y si alguno se turba o se irrita contra Dios o contra los hermanos, o si quizá pide con ansia medicinas, preocupado en demasía por la salud de la carne, que no tardará en morir y es enemiga del alma, esto viene del maligno, y él es carnal, y no parece ser de los hermanos, porque ama más el cuerpo que el alma» (1 R 10,3-4).

Por lo demás, la vida minorítica en su conjunto, con lo que de pobreza, humildad, etc., encierra, es para los hermanos la forma específica de penitencia y abnegación. Dice Jacobo de Vitry de los primeros franciscanos: «Renunciando a cuanto poseen, negándose a sí mismos, tomando la cruz, siguiendo desnudos al desnudo... corren sin impedimentos». El que se obliga a vivir según la regla de los hermanos menores y trata con seriedad de ponerla en práctica, puede estar bien seguro de que cumple las exigencias más sustanciales del evangelio sobre la penitencia.

[K. Esser, Temas espirituales. Oñate 1980, pp. 65-68]