No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 68, 17
Escúchanos, Señor, porque grande es tu misericordia; por tu ternura, Señor, vuelve a nosotros tus ojos.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y extiende tu mano poderosa para darnos tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Cuando compartas tu pan con el hambriento, brillará tu luz en las tinieblas.
Del libro del profeta Isaías: 58, 9-14
Esto dice el Señor: "Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te dará reposo permanente; en el desierto saciará tu hambre y dará vigor a tu cuerpo; serás como un huerto bien regado, como un manantial cuyas aguas no se agotan.
Construirás sobre tus viejas ruinas y edificarás sobre cimientos muy antiguos; te llamarán reparador de brechas y restaurador de hogares derruidos.
Si detienes tus pasos para no violar el sábado y no tratas tus negocios en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo consagras a la gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés, de tratar tus asuntos, entonces el Señor será tu delicia.
Te asentaré sobre mis montañas, te haré gustar la herencia de tu padre Jacob".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 85
R/. Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de desdichas. Protégeme, Señor, porque te amo; salva a tu servidor, que en ti confía. R/.
Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría. R/.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta. R/.
ACLAMACIÓN Ez 33, 11
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor. R/.
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
Del santo Evangelio según san Lucas: 5, 27-32
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles: "¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?" Jesús les respondió: "No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y de alabanza y concédenos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el afecto de un corazón grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 9, 13
Misericordia quiero y no sacrificios, dice el Señor; pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Reanimados por este don de vida celestial, te rogamos, Señor, que lo que en esta vida es sacramento para nosotros, se nos convierta en remedio de eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional.
Muéstrate propicio, Señor a tu pueblo, dichoso de haberse acercado a estos santos misterios, para que, habiendo confiado en tu protección, ningún peligro nos aflija. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
Beato Sebastián de Aparicio, religioso MR, pp. 715 (702). 973 (965)
Nació en Galicia en 1502. En 1533 vino a la Nueva España y se dedicó a la agricultura. Posteriormente trabajó en el acarreo de mercancías. Con el dinero que había ganado se volvió a dedicar a la agricultura. A los 70 años de edad cedió todos sus bienes a unas religiosas. Se hizo religioso franciscano y durante dos años pidió limosna para su convento. Sus restos se veneran en el templo de San Francisco, Puebla.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 15, 5
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz; tú, Señor, me devuelves mi heredad.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste dejarnos en el beato Sebastián de Aparicio un ejemplo de entrega a los demás en las ocupaciones diarias, concédenos por su intercesión amarte y servirte en nuestro prójimo en todas las actividades de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo …
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios misericordioso, que, despojando al beato Sebastián de Aparicio del hombre viejo, te dignaste formar en él un hombre nuevo conforme a tu imagen, concédenos, propicio, que nosotros, igualmente renovados, te ofrezcamos este sacrificio de reconciliación, agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 19, 27-29
Yo les aseguro que ustedes que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y heredarán la vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por la eficacia de este sacramento, te rogamos, Señor, que, a ejemplo del beato Sebastián de Aparicio, nos conduzcas siempre por el camino de tu amor, y que la obra buena que empezaste en nosotros, la perfecciones, hasta el día en que se manifieste Jesucristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, que concediste a santo Toribio Romo luchar por justicia hasta la muerte, haz que, por su intercesión, soportemos por tu amor todas las adversidades y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida. Por nuestro Señor Jesucristo …
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios clementísimo, derrama tu bendición sobre estos dones y afiánzanos en la fe que santo Toribio Romo atestiguó con la efusión de su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 1. 5
Yo soy la vid verdadera y ustedes, los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ése dará fruto abundante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia de santo Toribio Romo, merezcamos, por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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