lunes, 31 de enero de 2022

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Martes, 1 de febrero del 2022.


PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

José y María estaban admirados por lo que se decía del Niño cuando lo presentaron en el Templo. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma» (Lc 2,33-35).

Pensamiento franciscano:

San Francisco escribió a santa Clara y a sus hermanas: --Yo, el hermano Francisco, pequeñuelo, quiero seguir la vida y la pobreza del altísimo Señor nuestro Jesucristo y de su santísima Madre, y perseverar en ella hasta el fin; y os ruego, mis señoras, y os aconsejo que siempre viváis en esta santísima vida y pobreza (UltVol 1-2).

Orar con la Iglesia:

Adoremos a nuestro Salvador, luz que ilumina a todo hombre y le ofrece su salvación:

-Redentor nuestro, que eres la gloria de tu pueblo Israel, haz que tu Iglesia brille en todas las naciones.

-Jesús, deseado de todos los pueblos, a quien los ojos del justo Simeón vieron como Salvador, haz que tu salvación llegue a todos los hombres.

-Señor Jesús, en cuya presentación se anunció a María que compartiría tu pasión, fortalece a los que sufren tribulación por causa de tu nombre.

-Cristo, felicidad de los santos, muéstrate junto con tu Madre a quienes más necesiten de vuestro amor y consuelo.

Oración: Señor Jesucristo, enviado por tu Padre para compadecerte de nosotros, acoge las peticiones que te dirigimos confiados en la intercesión de tu Madre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

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Martes semana cuarta Tiempo Ordinario (1 febrero 2022)
Publicado el lunes, 31 enero 2022| Comentarios desactivadosen Martes semana cuarta Tiempo Ordinario (1 febrero 2022)
De Corazón a corazón: 2Sam 18,9-10.14.24-25.30; 19,1-4 (Muerte de Absalón, dolor de David); Mc 5,21-43 (A la mujer enferma: “Tu fe te ha curado”; a la niña muerta: “Levántate”)

Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: La vida de Jesús, prototipo de la nuestra, está orientada hacia el gozo de la resurrección, pasando por la cruz. Es una invitación a transformar la vida y todo tipo de sufrimiento en donación. Siempre se puede hacer lo mejor: reaccionar amando y perdonando como Él. Jesús es nuestra esperanza, que da sentido a todas las circunstancias de nuestra vida; somos una página de su vida complementaria, que todavía se está escribiendo. Él se acerca a todos para curar definitivamente, acompañándonos y dándonos la posibilidad de “completarle”, viviendo en nosotros en el misterio de su muerte y resurrección.

*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Estamos invitados a disfrutar de los dones de Dios, en el día a día, como camino de esperanza. Son los dones que (para que no se esfumen) hemos de compartir con los hermanos. Dios hace siempre “cosas grandes” (Lc 1,49) por medio de instrumentos pequeños; para María fue Jesús en su seno y en el centro de su vida, desde Nazaret hasta el Calvario y luego hasta el Cenáculo de Pentecostés. 



Liturgia de la Palabra:


Liturgia de la Palabra:

01/02/2022
Martes de la cuarta semana de Tiempo Ordinario.
PRIMERA LECTURA
¡Hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar!
Lectura del segundo libro de Samuel 18,9-10. 14b. 24-25a. 30-19, 3
En aquellos días, Absalón se encontró frente a los hombres de David.
Montaba un mulo y, al pasar el mulo bajo el ramaje de una gran encina, la cabeza se le enganchó en la encina y quedó colgando entre el cielo y la tierra, mientras el mulo que montaba siguió adelante.
Alguien lo vio y avisó a Joab:
«He visto a Absalón colgado de una encina».
Cogiendo Joab tres venablos en la mano y los clavó en el corazón a Absalón.
David estaba sentado entre las dos puertas.
El vigía subió a la terraza del portón, sobre la muralla. Alzó los ojos y vio que un hombre venía corriendo en solitario.
El vigía gritó para anunciárselo al rey.
El rey dijo:
«Si es uno solo, trae buenas noticias en su boca».
Cuando llegó el cusita, dijo:
«Reciba una buena noticia el rey, mi señor: El Señor te ha hecho justicia hoy, librándote de la mano de todos los que se levantaron contra ti».
El rey preguntó:
«¿Se encuentra bien el muchacho Absalón?».
El cusita respondió:
«Que, a los enemigos de mi señor, y a todos los que se han levantado contra ti para hacerte mal les ocurra como al muchacho»
Entonces el rey se estremeció. Subió a la habitación superior del portón y se puso a llorar. Decía al subir:
«¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar !¡Absalón, hijo mío, hijo mío!».
Avisaron a Joab:
«El rey llora y hace duelo por Absalón».
Así, la victoria de aquel día se convirtió en duelo para todo el pueblo, al decir que el rey estaba apenado por su hijo.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 85, 1-2. 3-4. 5-6
R. Inclina tu oído, Señor, escúchame.
Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva, Dios mío, a tu siervo, que confía en ti. R.
Piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti, Señor. R.
Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica. R.

Aleluya Mt 8, 17b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Cristo tomó nuestras dolencias
y cargo con nuestras enfermedades. R.

EVANGELIO
Contigo hablo, niña, levántate.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43
En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al mar.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».
Se fue con él, y loo seguía mucha gente que lo apretujaba.
Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: «Con sólo tocarle el vestido curaré».
Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:
«¿Quién me ha tocado el manto?».
Los discípulos le contestaban:
«Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”».
Él seguía mirando alrededor, para ver quién había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad.
Él le dice:
«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
«No temas; basta que tengas fe».
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
«¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).
La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.
Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor. 

 

CRISTO PRIMICIAS DE NUESTRA RESURRECCIÓN

 


CRISTO PRIMICIAS DE NUESTRA RESURRECCIÓN

El Verbo de Dios se hizo hombre y el Hijo de Dios se hizo Hijo del hombre para que el hombre, unido íntimamente al Verbo de Dios, se hiciera hijo de Dios por adopción.

En efecto, no hubiéramos podido recibir la incorrupción y la inmortalidad si no hubiéramos estado unidos al que es la incorrupción y la inmortalidad en persona. ¿Y cómo hubiésemos podido unirnos al que es la incorrupción y la inmortalidad, si antes él no se hubiese hecho uno de nosotros, a fin de que nuestro ser corruptible fuera absorbido por la incorrupción y nuestro ser mortal fuera absorbido por la inmortalidad, para que recibiésemos la filiación adoptiva?

Así pues, este Señor nuestro es Hijo de Dios y Verbo del Padre por naturaleza, y también es Hijo del hombre, ya que tuvo una generación humana, hecho Hijo del hombre a partir de María, la cual descendía de la raza humana y a ella pertenecía.

Por esto el mismo Señor nos dio una señal en las profundidades de la tierra y en lo alto de los cielos, señal que no había pedido el hombre, porque éste no podía imaginar que una virgen concibiera y diera a luz, y que el fruto de su parto fuera Dios con nosotros, que descendiera a las profundidades de la tierra para buscar a la oveja perdida (el hombre, obra de sus manos), y que, después de haberla hallado, subiera a las alturas para presentarla y encomendarla al Padre, convirtiéndose él en primicias de la resurrección. Así, del mismo modo que la cabeza resucitó de entre los muertos, también todo el cuerpo (es decir, todo hombre que participa de su vida, cumplido el tiempo de su condena, fruto de su desobediencia) resucitará, por la trabazón y unión que existe entre los miembros y la cabeza del cuerpo de Cristo, que va creciendo por la fuerza de Dios, teniendo cada miembro su propia y adecuada situación en el cuerpo. En la casa del Padre hay muchas moradas, porque muchos son los miembros del cuerpo.

Dios se mostró magnánimo ante la caída del hombre y dispuso aquella victoria que iba a conseguirse por el Verbo. Al mostrarse perfecta la fuerza en la debilidad, se puso de manifiesto la bondad y el poder admirable de Dios.

Del Tratado de san Ireneo, obispo, Contra las herejías
(Libro 3, 19, 1. 3-20, 1: SC 34, 332. 336-338)





De la Feria. Salterio IV

 

OFICIO DE LECTURA

 

INVITATORIO

Si ésta es la primera oración del día:

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.


Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


Himno: ESPADA DE DOS FILOS

¡Espada de dos filos
es, Señor, tu palabra!
Penetra como fuego
y divide la entraña.

¡Nada como tu voz,
es terrible tu espada!
¡Nada como tu aliento,
es dulce tu palabra!

Tenemos que vivir
encendida la lámpara,
que para virgen necia
no es posible la entrada.
No basta con gritar
sólo palabras vanas,
ni tocar a la puerta
cuando ya está cerrada.

Espada de dos filos
que me cercena el alma,
que hiere a sangre y fuego
esta carne mimada,
que mata los ardores
para encender la gracia.

Vivir de tus incendios,
luchar por tus batallas,
dejar por los caminos
rumor de tus sandalias.
¡Espada de dos filos
es, Señor, tu palabra! Amén.

SALMODIA

MISAL DIARIO PALABRA DE DIOS. LECTURAS DEL MARTES IV DEL T. ORDINARIO 1 DE FEBRERO (VERDE)

 "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad"







ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1. 6

Canten al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de obras buenas. Por nuestro Señor Jesucristo …


LITURGIA DE LA PALABRA

Hijo mío, Absalón, ojalá hubiera muerto yo en tu lugar.

Del segundo libro de Samuel: 18, 9-10. 14. 24-25. 30-19, 3

En aquellos días, después de haber sido derrotado por los hombres de David, Absalón, su hijo, se dio a la fuga. Iba montado en una mula, y al meterse la mula bajo las ramas de una frondosa encina, a Absalón se le atoró la cabeza entre las ramas y se quedó colgando en el aire y la mula siguió corriendo. Uno de los soldados lo vio y le fue a avisar a Joab: "Acabo de ver a Absalón colgando de una encina". Joab se acercó a donde estaba Absalón, tomó tres flechas en la mano y se las clavó en el corazón.

Reflexión 31: La naturaleza insondable de Dios

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina

Reflexión 31: La naturaleza insondable de Dios

No podemos llegar a conocer a Dios en Su esencia. Él está más allá de nosotros y es insondable. Pero podemos llegar a conocer a Dios al ver Sus acciones en nuestras vidas y en el mundo. Mira Sus atributos. Mira Sus obras. Mira lo que Él ha hecho en tu vida y en la vida de los demás. Él es Omnipotente, Omnisapiente, Todo Amoroso y otorga todo lo que es bueno en sobreabundancia (Ver Diario #30).

Reflexiona, hoy, sobre la insondable naturaleza y esencia de Dios. Saber que nunca podremos comprender completamente la perfección de Dios es el primer paso para llegar a conocerlo más íntimamente. Humillaos, este día, ante el gran misterio de nuestro Dios y dejad que su naturaleza intocable os toque en vuestro corazón.

Señor, Tú y Tus caminos están más allá de mí. Sin embargo, en el misterio de Tu divina presencia llego a conocerte. Ayúdame Señor, mientras reflexiono sobre Tu esencia divina, para ser atraído a un amor más profundo por Ti. Jesús, en Ti confío.


Transformación Total 31 de enero de 2022 Lunes de la Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

 




Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

Transformación Total
31 de enero de 2022
Lunes de la Cuarta Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas para Hoy

San Juan Bosco, Presbítero—Memorial

Video

Cuando se acercaron a Jesús, vieron al hombre que había sido poseído por Legión, sentado allí vestido y en su sano juicio. Y se apoderaron de ellos el miedo. Marcos 5:15

Este breve pasaje viene después de una historia muy dramática. Un joven que vivía entre las tumbas estaba completamente poseído por muchos demonios. Los demonios se identificaron como "Legión" afirmando que había muchos de ellos. Está claro de la historia que este hombre estaba loco, fuera de sí y completamente bajo el control de estos demonios.

A medida que avanza la historia, Jesús se dirigió a los demonios, los reprendió y los expulsó, enviándolos a una piara de cerdos. Los cerdos bajaron corriendo por una pendiente y se ahogaron en el lago. Posteriormente, el hombre se transformó por completo mientras se sentaba allí conversando con los demás.

Una cosa interesante a tener en cuenta en esta historia es que, cuando la gente del pueblo salió y vio a este hombre sentado allí "en su sano juicio", se sorprendieron y "se apoderaron del miedo". No sabían qué pensar sobre esta situación. ¿Porqué es eso?

Tal vez hay una serie de razones. Veamos uno de ellos. Este joven era tan disfuncional, poseído por una legión de demonios, que la gente del pueblo lo había descartado. Se dieron por vencidos con él y probablemente no querían tener nada que ver con él. Le tenían miedo. Pero cuando vieron a este hombre completamente transformado, sentado allí con un aspecto normal y racional, la gente no supo qué pensar. Ellos se sorprendieron. Y su conmoción tomó la forma de miedo en el sentido de que tenían miedo de lo que no entendían.

Esto nos revela algo interesante. Revela que, si no entendemos el poder de Dios, en realidad nos encontraremos temerosos de Su poder cuando nos enfrentemos a él. La gente del pueblo debería haberse llenado de gran alegría y emoción por la transformación total de este hombre. Sin embargo, en lugar de gran alegría y entusiasmo, estaban temerosos. Estaban temerosos porque no entendían el poder todopoderoso de Dios.

Reflexiona, hoy, sobre el poder y la gloria de Dios. Él desea hacer grandes cosas y traer una transformación total a tu vida. Él desea expulsar al maligno que acecha dentro de nuestro mundo, trayendo en cambio Su misericordia y paz. Mientras reflexiona sobre el poder de Dios, permítase entenderlo más claramente. Si lo entiendes, estarás más listo para regocijarte en sus buenas obras.

Dios poderoso y glorioso, me regocijo en tu poder omnipotente. Me regocijo en tu grandeza y gloria. Ayúdame a ver las muchas formas en que Tú estás obrando en nuestro mundo y en la vida de quienes me rodean. Mientras veo tu poder transformador en acción, llena mi corazón de gratitud por todo lo que haces. Jesús, en Ti confío. 

¡LA GRACIA! Lunes, 31 de Enero de 2022

Evangelio De Hoy Lunes 31 Enero 2022 l Padre Carlos Yepes l Biblia l Mar...

Eucaristía Lunes 31 de Enero de 2022 - 7:30 am Basílica Señor...

Adoración al Santísimo 🙏 Lunes 31 Enero de 2022, Padre Juan José Janna -...

Misa de hoy ⛪ Lunes 31 de Enero de 2022, Padre Luis Vivó - Tele VID

01 31 2022, Angelus and Holy Rosary

San Juan Bosco Fundador 31 de Enero



San Juan Bosco Fundador 31 de Enero

(† 1888)


Como dice Pío XI en la bula de canonización, muy difícil es bosquejar en pocas líneas esta figura gigantesca. Nació en Becchi (Casteinovo de Asti - Italia), el 16 de agosto de 1815, y el mismo día fue regenerado con el agua bautismal. A los dos años quedó huérfano de padre, que se llamaba Francisco. Afortunadamente su madre, Margarita Occhiena, inteligente y santa mujer, supo educar a sus dos hijos José y Juan y al hijastro Antonio como mejor no se podía pedir. Modelo de madres, su vida merece ser conocida, difundida e imitada.

Desde la más tierna infancia Juan manifestaba gran despejo de inteligencia, apego a su propio juicio, tenacidad en sus propósitos, tendencia al dominio sobre los demás, ternura de corazón, desprendimiento y generosidad. Margarita supo cultivar lo bueno y cercenar lo malo de todas estas inclinaciones. Ante todo, fomentó en sus hijos la piedad, una piedad varonil y profundamente sentida, franca y abiertamente practicada. "Dios nos ve; Dios está en todas partes; Dios es nuestro Padre, nuestro Redentor y nuestro Juez, que de todo nos tomará cuenta, que castigará a los que desobedecen sus leyes y mandatos y premiará con largueza infinita a los que le aman y obedecen. Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo".

Les enseñó a amar e invocar a la Virgen Santísima y al ángel de la guarda, y a apreciar debidamente el tesoro del tiempo.

Pronto se desarrolló en Juanito la sagrada fiebre del apostolado. Ya a los siete años reunía a sus compañeros para enseñarles a rezar, repetirles lo que ola en las pláticas y lo que su santa madre le enseñaba, pacificarlos en sus riñas y disensiones, corregirlos cuando hablaban o procedían mal, jugar con ellos y entretenerlos "para ayudarlos a hacerse buenos".

Juan Bosco es uno de los hombres que más han "soñado", es decir, que Dios le manifestaba en sueños su voluntad y le decía muchas cosas, como a José, el hijo de Jacob, que precisamente por sus sueños llegó a ser virrey de Egipto; como al profeta Daniel; como al mismo patriarca San José. A los nueve años tuvo el primero de sus "grandes sueños". Bajo la alegoría de una turba de animales feroces que se truecan en corderos y algunos en pastores, se le indica su misión en el mundo: educar la juventud, trocar, mediante la instrucción religiosa, cívica, intelectual y moral, a los díscolos en buenos y perfeccionar a los buenos. Es el mismo Jesús quien se la asigna, y para que pueda desempeñarla, le da por madre y maestra a la Virgen Auxiliadora. Para cumplirla, desea hacerse sacerdote.

Pero ¡cuántas dificultades le salen al paso!: pobreza, oposición de su hermanastro, burlas, muerte de su principal bienhechor... Mas de todas triunfa con la constancia y la confianza en Dios.

Aunque deseara ardientemente hacer la primera comunión, sólo a los diez años - y eso tan sólo en atención a su gran preparación - se le concede. En esa ocasión hizo propósitos que fueron norma de toda su vida.

Antes de poder estudiar regularmente, y durante sus primeros estudios, para ayudar a pagarse la pensión tuvo que servir como mozo en granjas y en cafés, trabajar de sastre, de zapatero, de carpintero y herrero, de repostero y sacristán, como que tenía que fundar y dirigir prácticamente escuelas profesionales y agrícolas. En todas partes seguía ejerciendo el apostolado. Entre sus compañeros fundó la "Sociedad de la Alegría" y una especie de academia artístico - literaria, Y para atraer a los catecismos a chicos y mayores se hizo hábil titiritero, atleta e ilusionista. Dotado de una magnífica voz y de un oído finísimo, cantaba y tocaba armonio, piano, violín y algunos otros instrumentos. Poseyendo una memoria prodigiosa y una inteligencia comprensiva, además de las asignaturas de los cursos filosóficos y teológicos, estudió a fondo las literaturas italiana, griega, latina y hebrea, y llegó a hablar el francés y el alemán lo suficiente para entender y hacerse entender. Todo esto era una providencial preparación para cumplir debidamente la misión asignada por Jesús, desde el primer sueño. Estos seguían jalonando su vida, a medida que se iba acercando el tiempo de ponerla en ejecución.

10 ideas cristianas para cuidar mejor a nuestros seres queridos en sus últimos días de vida

 



 10 ideas cristianas para cuidar mejor a nuestros seres queridos en sus últimos días de vida

Unos ancianos frente a lo enorme, el mar y las montañas - foto de Matthew Bennet en Unsplash

La Biblia tiende a alabar a los ancianos y a pedir respeto para ellos. "Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano" (Levítico 19,32); "No reprendas al anciano, exhórtale como a un padre y a las ancianas, como a madres" (1 Timoteo 5, 1-2); "la hermosura de los ancianos es su vejez" (Proverbios 20,29). La Biblia también pide cuidar a los enfermos, una y otra vez.

Sin embargo, nuestra sociedad individualista moderna tiende a apreciar solo la autosuficiencia y a asustarse de la debilidad y la vulnerabilidad. A los ancianos y enfermos tendemos a evitarlos u ocultarlos, como si la vulnerabilidad o la dependencia no fueran parte de la vida humana normal y de sus relaciones.

Olvidamos u ocultamos que los bebés humanos nacen todos dependientes, y en la vida somos dependientes en muchas ocasiones. Incluso ancianos o enfermos con gran autonomía pueden ver acercarse el final de sus días con inquietud y necesitan el acompañamiento de los seres queridos.

A menudo, los acompañantes nos asustamos, no sabemos como acompañar, o la inercia nos lleva a dejarlo en manos de la televisión, siempre encendida, que distrae pero no sana ni tranquiliza ni ayuda a resolver los temas pendientes. 

En octubre, la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU celebra el "Mes de Respeto a la Vida" y suele divulgar una serie de materiales sobre este tema. Entre ellos se incluyen 10 ideas que nos pueden ayudar cuando llega el momento de cuidar a nuestros seres queridos en sus últimos momentos.

1. Invita a Dios a entrar en esta situación

El Papa Francisco ha dicho que "orar significa abrir la puerta al Señor a fin de que pueda hacer algo para reorganizar nuestras cosas"(1). El proceso de la muerte es un tiempo sagrado, una estación final para buscar el cierre de esta vida y prepararse para la siguiente en la esperanza de participar en la Resurrección de Cristo. Al llegar a esta etapa con un familiar o amigo, pide a Dios que os acompañe a los dos.

2. Escucha a tu ser querido

Trata de descubrir los valores de tu ser querido y la mejor manera de honrar sus deseos. Esto requiere verdadera empatía. Puede ser difícil asumir que la persona no quiere lo mismo que tú piensas o que tú querrías en su situación. Escucha sin juzgar para que tu ser querido se sienta con la libertad de hablar abiertamente.



Una enfermera sonríe a una anciana en silla de ruedas

3. Infórmate sobre los cuidados paliativos y la enseñanza católica

Hay que ser consciente de que los deseos de una persona de rechazar un tratamiento ordinario o proporcional (2) —o incluso pedir el suicidio asistido— suele originarse en el temor a la dependencia, impotencia o dolor. Ofrécete a hablar sobre esta preocupación u otras. Has de saber que los cuidados paliativos se centran en aliviar el dolor y otros síntomas, buscan satisfacer necesidades básicas y procurar comodidad. Trata de conocer la enseñanza de la Iglesia Católica sobre los cuidados al final de la vida, que pueden ayudar a brindar un apoyo auténticamente amoroso que respete la vida.*

4. Sé constante en la compasión

Como nos recuerda el papa Francisco: "Compasión significa 'padecer con'"(3). Tu familiar o amigo tendrá altibajos. Has de reconocer esto como algo natural. Rodéales de amor, apoyo y compañía, basados "en el respeto incondicional de la dignidad humana, comenzando por el respeto al valor inherente de sus vidas" (4). El sufrimiento del paciente puede aliviarse con la empatía que le brindas y con cuidados paliativos de calidad del personal médico.

5. Ayúdales a cerrar sus asuntos pendientes

Ayuda a tu familiar o amigo a definir proyectos personales sin terminar, preocupaciones financieras, relaciones sin resolver u otros asuntos que ocupen su mente. Según cambien las circunstancias, algunos objetivos tendrán que replantearse. Elaborar y llevar a cabo esta lista de asuntos pendientes puede ayudar a la persona a encontrar un propósito y sentirse más en paz.




Dos ancianos miran el mar - foto de Katarzyna Grabowska en Unsplash

6. Brinda oportunidades de reconciliación, de expresar amor y de tratar con Dios

Ira Byock, director médico de cuidados paliativos, enseña en su libro Las 4 cosas más importantes que decir "te amo", "perdóname", "te perdono" y "gracias" puede promover la tan necesaria sanación interior durante el proceso de la muerte. Puedes ayudar a procurar una transición pacífica a tu ser querido facilitando oportunidades para la reconciliación con otros y oportunidades para expresiones mutuas de amor y gratitud. Ofrécete a invitar a un sacerdote para que escuche su confesión y administre la Eucaristía como Viático (5) y el Sacramento de la Unción de los Enfermos. Todo eso sana el alma y nos prepara para reunirnos con el Señor.

7. Anima a recordar lo bueno del pasado

Nuestro apetito puede disminuir a medida que nuestro cuerpo necesita menos alimentos y líquidos al acercarnos al final. Proporciona a tu familiar o amigo porciones pequeñas de sus alimentos favoritos. Incluso si no puede comerlos, puede disfrutar su aroma y compartir contigo los recuerdos especiales que le evocan. Piensa en otras pequeñas cosas que puedes ofrecer que susciten recuerdos significativos, como fotos especiales o souvenirs.

8. Sé una presencia serena

Las personas que se acercan a la muerte pueden perder interés en muchas actividades que les eran agradables y preferir retirarse de su entorno. Tu simple presencia tranquila y paciente puede ser un apoyo importante mientras tu ser querido se prepara emocional y espiritualmente para la partida. Colocar el teléfono en otra habitación, poner su música favorita, leerle un pasaje favorito, rezar juntos o simplemente sentarte en silencio a su lado pueden ser muy reconfortantes.

9. Muestra ternura

Los moribundos necesitan la ternura del contacto humano personal. Pregunta a tu ser querido si podrías cepillarle suavemente el pelo, aplicar loción a sus manos o pies, o simplemente tomar su mano. Cuenta historias, ríe y comparte recuerdos para asegurarle que él es un don preciado, y en absoluto una carga.

Hombres de edad avanzada juegan y charlan en Barcelona - foto de Cristina Gottardi en Unsplash 


10. Ten paciencia en la transición

La transición, el momento inmediatamente anterior a la muerte, puede traer cambios físicos rápidos en los patrones de respiración, o en el estado mental o emocional. Trata de ser paciente y deja que el "cómo" y el "cuándo" de la muerte sea entre Dios y su ser querido. Pide a Dios la sabiduría para saber qué palabras finales decir y cuándo. En la medida que puedas, permite a tu ser querido hacer la transición. Por ejemplo, podrías decirle: "Te quiero. Está bien que te vayas a tu morada final ahora".

Acompañar a un ser querido en sus últimos días es de enorme importancia y no tenemos por qué temer nuestras propias limitaciones. El Papa Francisco dice: "[Dios] viene a salvarnos de la condición de debilidad en la que vivimos. Y su auxilio consiste en permitirnos captar su presencia y cercanía. Día tras día, tocados por su compasión, también nosotros llegaremos a ser compasivos con todos". (6)

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* Como enseñan los obispos, "El respeto a la vida no exige que intentemos prolongar la vida mediante el uso de tratamientos médicos que no son efectivos ni una carga indebida".7 Al mismo tiempo, acelerar intencionadamente la muerte —ya sea por medio de fármacos o el abandono deliberado de la atención básica— ofende la dignidad que nos ha dado Dios y nunca es moralmente permisible. Más información aquí:  (el sitio está en inglés, pero tiene algunos materiales en español).

[1] Papa Francisco, Misas matutinas en la capilla de la Domus Sanctae Marthae: Quien elige la mejor parte, 8 de octubre de 2013 (Ciudad del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 2013).

[2] Más información: United States Conference of Catholic Bishops, Directivas éticas y religiosas para los servicios católicos para servicios medicos de cuidado de salud, quinta edición (Washington, D.C.: United States Conference of Catholic Bishops, 2013). United States Conference of Catholic Bishops, Vivir dignamente cada día: Declaración acerca del suicidio asistido por un médico (Washington, D.C.: United States Conference of Catholic Bishops, 2011).

[3] Papa Francisco, Audiencia general, miércoles 27 de abril de 2016 (Ciudad del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 2016).

[4] United States Conference of Catholic Bishops, Vivir dignamente cada día: Declaración acerca del suicidio asistido por un médico, 10.

[5] El Viático es "la Eucaristía a un moribundo. Es el alimento necesario para el 'paso' de este mundo al Padre. Junto con la Penitencia y la Unción de enfermos, la recepción de la Eucaristía como Viático constituyen los 'últimos sacramentos' del cristiano" (Catecismo de la Iglesia Católica, Glosario). Véase también Catecismo de la Iglesia Católica, nos. 1331, 1392, 1517, 1524-25.

[6] Papa Francisco, Misericordiae vultus (Ciudad del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 2015), no. 14.

[7] United States Conference of Catholic Bishops, Vivir dignamente cada día: Declaración acerca del suicidio asistido por un médico.

(Esta es una historia de Hemeroteca, ReL publicó estas recomendaciones por primera vez en octubre de 2018)

Fuente.  Religión en Libertad