Martes semana cuarta Tiempo Ordinario (1 febrero 2022)
Publicado el lunes, 31 enero 2022| Comentarios desactivadosen Martes semana cuarta Tiempo Ordinario (1 febrero 2022)
De Corazón a corazón: 2Sam 18,9-10.14.24-25.30; 19,1-4 (Muerte de Absalón, dolor de David); Mc 5,21-43 (A la mujer enferma: “Tu fe te ha curado”; a la niña muerta: “Levántate”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: La vida de Jesús, prototipo de la nuestra, está orientada hacia el gozo de la resurrección, pasando por la cruz. Es una invitación a transformar la vida y todo tipo de sufrimiento en donación. Siempre se puede hacer lo mejor: reaccionar amando y perdonando como Él. Jesús es nuestra esperanza, que da sentido a todas las circunstancias de nuestra vida; somos una página de su vida complementaria, que todavía se está escribiendo. Él se acerca a todos para curar definitivamente, acompañándonos y dándonos la posibilidad de “completarle”, viviendo en nosotros en el misterio de su muerte y resurrección.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Estamos invitados a disfrutar de los dones de Dios, en el día a día, como camino de esperanza. Son los dones que (para que no se esfumen) hemos de compartir con los hermanos. Dios hace siempre “cosas grandes” (Lc 1,49) por medio de instrumentos pequeños; para María fue Jesús en su seno y en el centro de su vida, desde Nazaret hasta el Calvario y luego hasta el Cenáculo de Pentecostés.
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De Corazón a corazón: 2Sam 18,9-10.14.24-25.30; 19,1-4 (Muerte de Absalón, dolor de David); Mc 5,21-43 (A la mujer enferma: “Tu fe te ha curado”; a la niña muerta: “Levántate”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: La vida de Jesús, prototipo de la nuestra, está orientada hacia el gozo de la resurrección, pasando por la cruz. Es una invitación a transformar la vida y todo tipo de sufrimiento en donación. Siempre se puede hacer lo mejor: reaccionar amando y perdonando como Él. Jesús es nuestra esperanza, que da sentido a todas las circunstancias de nuestra vida; somos una página de su vida complementaria, que todavía se está escribiendo. Él se acerca a todos para curar definitivamente, acompañándonos y dándonos la posibilidad de “completarle”, viviendo en nosotros en el misterio de su muerte y resurrección.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Estamos invitados a disfrutar de los dones de Dios, en el día a día, como camino de esperanza. Son los dones que (para que no se esfumen) hemos de compartir con los hermanos. Dios hace siempre “cosas grandes” (Lc 1,49) por medio de instrumentos pequeños; para María fue Jesús en su seno y en el centro de su vida, desde Nazaret hasta el Calvario y luego hasta el Cenáculo de Pentecostés.
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