PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
José y María estaban admirados por lo que se decía del Niño cuando lo presentaron en el Templo. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma» (Lc 2,33-35).
Pensamiento franciscano:
San Francisco escribió a santa Clara y a sus hermanas: --Yo, el hermano Francisco, pequeñuelo, quiero seguir la vida y la pobreza del altísimo Señor nuestro Jesucristo y de su santísima Madre, y perseverar en ella hasta el fin; y os ruego, mis señoras, y os aconsejo que siempre viváis en esta santísima vida y pobreza (UltVol 1-2).
Orar con la Iglesia:
Adoremos a nuestro Salvador, luz que ilumina a todo hombre y le ofrece su salvación:
-Redentor nuestro, que eres la gloria de tu pueblo Israel, haz que tu Iglesia brille en todas las naciones.
-Jesús, deseado de todos los pueblos, a quien los ojos del justo Simeón vieron como Salvador, haz que tu salvación llegue a todos los hombres.
-Señor Jesús, en cuya presentación se anunció a María que compartiría tu pasión, fortalece a los que sufren tribulación por causa de tu nombre.
-Cristo, felicidad de los santos, muéstrate junto con tu Madre a quienes más necesiten de vuestro amor y consuelo.
Oración: Señor Jesucristo, enviado por tu Padre para compadecerte de nosotros, acoge las peticiones que te dirigimos confiados en la intercesión de tu Madre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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