PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: --No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros (Jn 15,16-17).
Pensamiento franciscano:
San Francisco decía y repetía a sus hermanos: «Tanto sabe el hombre cuanto obra; y tanto sabe orar un religioso, cuanto practica». Cómo si dijera: Al buen árbol no se le conoce sino por sus frutos (LP 105).
Orar con la Iglesia:
En el nombre de Jesús, que intercede siempre en nuestro favor, elevemos a Dios Padre nuestra oración:
-Para que la Iglesia anuncie con sencillez y entereza la palabra de Dios en todas las situaciones, por difíciles que sean.
-Para que los religiosos y las religiosas sean en la Iglesia y en el mundo testigos de la paz y del amor de Cristo.
-Para que la escucha del Evangelio nos haga a todos fermento de renovación humana y cristiana.
-Para que las comunidades cristianas y las familias sean tierra fértil en la que puedan germinar y crecer las vocaciones a la vida consagrada.
-Para que los creyentes, como María, estemos abiertos a la acción del Espíritu Santo.
Oración: Ponemos ante ti, Señor, nuestras súplicas; atiéndelas por tu inmensa bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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