Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 86: Derritiendo el más duro de los corazones
Imagina un gran bloque de hielo. Ahora imagina que hay una moneda preciosa en medio de ese bloque. Para obtener esa moneda, el bloque debe derretirse. Así puede ser con nuestros corazones. Algunos corazones se han endurecido tanto con el tiempo que parece haber pocas posibilidades de derretirlos para sacar a relucir el verdadero valor y la dignidad de esa persona. Pero Jesús es un Sol radiante cuyos rayos resplandecen con gran intensidad. Dentro de Su presencia continua, incluso los corazones más duros se derretirán (Ver Diario #370).
¿Conoces a alguien a quien hayas “descartado” debido a su continua dureza de corazón? ¿Conoces a alguien que parece no estar dispuesto a cambiar, año tras año? No pierdas la esperanza. Sepan que si actúan continuamente como un prisma a través del cual brilla la gracia y la Misericordia de Dios, incluso el corazón más duro puede ser tocado.
Señor, oro, hoy, por aquellos que están más endurecidos en sus pecados. Tú conoces los corazones de todos y conoces las mentes de todos. Por favor, llévame a aquellos que más necesitan de Tu Divina Misericordia y utilízame como un canal de Tu gloriosa y reconfortante gracia. Jesús, en Ti confío.
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 86: Derritiendo el más duro de los corazones
Imagina un gran bloque de hielo. Ahora imagina que hay una moneda preciosa en medio de ese bloque. Para obtener esa moneda, el bloque debe derretirse. Así puede ser con nuestros corazones. Algunos corazones se han endurecido tanto con el tiempo que parece haber pocas posibilidades de derretirlos para sacar a relucir el verdadero valor y la dignidad de esa persona. Pero Jesús es un Sol radiante cuyos rayos resplandecen con gran intensidad. Dentro de Su presencia continua, incluso los corazones más duros se derretirán (Ver Diario #370).
¿Conoces a alguien a quien hayas “descartado” debido a su continua dureza de corazón? ¿Conoces a alguien que parece no estar dispuesto a cambiar, año tras año? No pierdas la esperanza. Sepan que si actúan continuamente como un prisma a través del cual brilla la gracia y la Misericordia de Dios, incluso el corazón más duro puede ser tocado.
Señor, oro, hoy, por aquellos que están más endurecidos en sus pecados. Tú conoces los corazones de todos y conoces las mentes de todos. Por favor, llévame a aquellos que más necesitan de Tu Divina Misericordia y utilízame como un canal de Tu gloriosa y reconfortante gracia. Jesús, en Ti confío.
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