martes, 29 de marzo de 2022

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Miercoles , 30 de marzo del 2022.


PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

«Junto a la cruz de Jesús estaba su madre... Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto amaba, dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego, dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio... Luego, Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: "Está cumplido". E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu» (Jn 19,25-30).

Pensamiento franciscano:

Dice santa Clara en su Bendición: «Yo, Clara, sierva de Cristo, plantita de nuestro muy bienaventurado padre san Francisco, ruego a nuestro Señor Jesucristo, por su misericordia y por la intercesión de su santísima Madre santa María, que el Padre celestial os dé y os confirme ésta su santísima bendición en el cielo y en la tierra: en la tierra, multiplicándoos en su gracia y en sus virtudes entre sus siervos y siervas en su Iglesia militante; y en el cielo, exaltándoos y glorificándoos en la Iglesia triunfante entre sus santos y santas» (cf. BenCla 6-10).

Orar con la Iglesia:

Invoquemos a Dios Padre, por intercesión de María, imagen de lo que el hombre puede llegar a ser cuando se abre a la palabra de Dios.

-Para que el pueblo santo de Dios sea testigo de la fe ante el mundo como María, que cooperó de modo especial a la obra de la redención.

-Para que nuestros pastores, imitando a la Virgen fiel, precedan y guíen al pueblo en la fidelidad a Cristo y lleven a los pobres el Evangelio.

-Para que todos los que se entregan al servicio de los demás sean imagen de la solicitud de Cristo y de María por los hermanos.

-Para que los padres de familia, a ejemplo de María que vivió la experiencia de la vida privada con Jesús, sepan vivir en la realidad cotidiana la luz y la esperanza de la fe.

-Para que todos los creyentes, que invocamos a María como vida, dulzura y esperanza nuestra, recibamos de ella la perseverancia hasta el encuentro definitivo con su Hijo.

Oración: Señor Dios, que has hecho de la Virgen María la colaboradora generosa del Redentor, concédenos también a nosotros adherirnos a Cristo para colaborar a la salvación del mundo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

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