Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo.
Misa votiva de los santos Ángeles Custodios o san Pedro Damián, obispo y doctor de la Iglesia MR, p. 848 (837) / Lecc. I, p. 637
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Dn 3, 58
Ángeles del Señor, bendigan al Señor; alábenlo y glorifíquenlo eternamente.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu admirable providencia envías a tus santos ángeles para custodiarnos, concédenos contar siempre con su protección y gozar eternamente de su compañía. Por nuestro Señor Jesucristo …
LITURGIA DE LA PALABRA
Si tienen el corazón amargado por rivalidades, dejen de presumir.
De la carta del apóstol Santiago: 3, 13-18
Hermanos míos: ¿Hay alguno entre ustedes con sabiduría y experiencia? Si es así, que lo demuestre con su buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero si ustedes tienen el corazón amargado por envidias y rivalidades, dejen de presumir y engañar a costa de la verdad. Ésa no es la sabiduría que viene de lo alto; ésa es terrenal, irracional, diabólica; pues donde hay envidias y rivalidades, ahí hay desorden y toda clase de obras malas.
Pero los que tienen la sabiduría que viene de Dios son puros, ante todo. Además, son amantes de la paz, comprensivos, dóciles, están llenos de misericordia y buenos frutos, son imparciales y sinceros. Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 18
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. 2 Tm 1, 1
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta.
Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo.
Él les preguntó: "¿De qué están discutiendo?" De entre la gente, uno le contestó: "Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que no lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo y el muchacho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido". Jesús les contestó: "¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho". Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos. Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?" Contestó el padre: "Desde pequeño. Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos".
Jesús le replicó: "¿Qué quiere decir eso de ‘si puedes’? Todo es posible para el que tiene fe". Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: "Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta". Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él". Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie. Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús en privado: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?" Él les respondió: "Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que te presentamos en honor de tus santos ángeles y concede, benigno, que, por su continua protección, nos veamos libres de los peligros presentes y lleguemos felizmente a la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio: La gloria de Dios manifestada en los ángeles.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y no cesar de alabarte, celebrando a tus ángeles y arcángeles, ya que el honor que les tributamos, redunda en tu gloria y proclama tu grandeza; pues, si es digna de admiración la creatura angélical, lo es inmensamente más aquel que la creó. Por Cristo, Señor nuestro. Por él, adoran tu majestad todos los ángeles, y nosotros, a una con ellos, te adoramos llenos de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo …
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 137. 1
Te cantaré, Señor, delante de tus ángeles.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes te dignas alimentar para la vida eterna con tan gran sacramento, guíanos, Señor, por el camino de la salvación y la paz, bajo la custodia de los ángeles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
Memoria de san Pedro Damián, obispo y doctor de la Iglesia MR, pp. 713 (700). 943 (935)
Nació en Ravena (1007) Y vivió una vida de ermitaño en Fuente Avellana, antes de convertirse en el colaborador de los Papas para promover la reforma en la Iglesia. Fue cardenal-obispo de Ostia (1057), encargado de muchas legaciones pontificias en Italia, Francia y Alemania, durante las cuales luchó con energía para devolverle al clero su dignidad y, a la Iglesia su libertad (1072).
ANTÍFONA DE ENTRADA Ez 34, 11. 23-24
Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y les daré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, seguir las enseñanzas y ejemplos de san Pedro Damián, para que, prefiriendo en todo a Cristo, estemos siempre entregados al servicio de tu Iglesia, y así lleguemos al gozo de la luz eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira favorablemente, Señor, las ofrendas que presentamos en tu altar en esta festividad de san Pedro Damián, para que nos alcancen tu perdón y den gloria a tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15,16
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos sagrados misterios, Señor, te suplicamos humildemente que, a ejemplo de San Pedro Damián, nos esforcemos en profesar lo que él creyó y en poner en práctica lo que enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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