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Martes semana octava Tiempo Ordinario (1 marzo 2022)
Publicado el lunes, 28 febrero 2022| Comentarios desactivadosen Martes semana octava Tiempo Ordinario (1 marzo 2022)
De Corazón a corazón: 1Pe 1,10-16 (“Poned toda vuestra esperanza en la gracia… sed santos”); Mc 10,28-31 (“Lo hemos dejado todo y te hemos seguido”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: En la comunidad eclesial primitiva, aún antes de tener por escrito los evangelios, se vivía en “armonía” de sentimientos y “orando unánimes con la Madre de Jesús” (Hch 1,14). En el corazón de María y en el de la Iglesia, resonaba toda la vida y mensaje de Jesús. Por esto, el ambiente era de generosidad, de confianza y de “audacia en el Espíritu” (Hch 4,31), sabiendo que, con la ayuda de la gracia, siempre es posible caminar en el amor, con “un solo corazón” (Hch 4,32), sin anteponer nada al amor de Cristo. Las exigencias evangélicas sólo se entienden cuando se ha experimentado su amor.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Cualquier aspecto del mensaje de Jesús, al mirar a su Madre y nuestra, nos recuerda de nuevo su invitación, que es reflejo de su propio “sí” a la Alianza: “Haced lo que él os diga”. Ella “antecede con su luz al Pueblo peregrinante como signo de esperanza y de consuelo” (LG 68).
Martes semana octava Tiempo Ordinario (1 marzo 2022)
Publicado el lunes, 28 febrero 2022| Comentarios desactivadosen Martes semana octava Tiempo Ordinario (1 marzo 2022)
De Corazón a corazón: 1Pe 1,10-16 (“Poned toda vuestra esperanza en la gracia… sed santos”); Mc 10,28-31 (“Lo hemos dejado todo y te hemos seguido”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: En la comunidad eclesial primitiva, aún antes de tener por escrito los evangelios, se vivía en “armonía” de sentimientos y “orando unánimes con la Madre de Jesús” (Hch 1,14). En el corazón de María y en el de la Iglesia, resonaba toda la vida y mensaje de Jesús. Por esto, el ambiente era de generosidad, de confianza y de “audacia en el Espíritu” (Hch 4,31), sabiendo que, con la ayuda de la gracia, siempre es posible caminar en el amor, con “un solo corazón” (Hch 4,32), sin anteponer nada al amor de Cristo. Las exigencias evangélicas sólo se entienden cuando se ha experimentado su amor.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Cualquier aspecto del mensaje de Jesús, al mirar a su Madre y nuestra, nos recuerda de nuevo su invitación, que es reflejo de su propio “sí” a la Alianza: “Haced lo que él os diga”. Ella “antecede con su luz al Pueblo peregrinante como signo de esperanza y de consuelo” (LG 68).
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