PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Así escribía san Pablo a los Corintios: -No juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le corresponda (1 Cor 4,5).
Pensamiento franciscano:
Dice san Francisco en su Carta a toda la Orden: -Ruego a mi señor el ministro general, que haga que la Regla sea observada por todos, y que los clérigos recen el oficio con devoción en la presencia de Dios, no atendiendo a la melodía de la voz, sino a la consonancia de la mente, de forma que la voz concuerde con la mente, y la mente concuerde con Dios, para que puedan aplacar a Dios por la pureza del corazón y no recrear los oídos del pueblo con la sensualidad de la voz (CtaO 40-42).
Orar con la Iglesia:
Alabemos a Dios uno y trino, y presentémosle nuestras peticiones confiados en la intercesión de Jesucristo.
-Dios de misericordia, concédenos el espíritu de oración y de penitencia, y danos un verdadero deseo de amarte a ti y de amar a nuestros hermanos.
-Concédenos también ser constructores de tu reino, para que abunde la justicia y la paz en la tierra.
-Haz que sepamos descubrir la bondad y hermosura de tu creación, para que su belleza se haga alabanza en nuestros labios.
-Perdónanos por haber ignorado la presencia de Cristo en los pobres, los sencillos, los marginados.
-Perdona igualmente nuestros pecados de omisión por no haber atendido a tu Hijo en esos hermanos nuestros.
Oración: Señor, Padre santo, ayúdanos a librarnos de la seducción del pecado, a amarte en nuestros hermanos y a bendecirte por tu creación. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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