Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 57: Un fuego dentro de tu alma
¿Es posible saber que alguien tiene una profunda vida interior de oración? Aunque esto es “interior” y es una realidad espiritual, ¿es posible sentir esto externamente? Ciertamente lo es. De hecho, cuanto más profunda sea la vida de oración, más brillará esta vida interior para que otros la vean (Ver Diario #172).
¿Y usted? ¿Qué irradia tu alma? Cuando la gente te ve, ¿qué sienten? Ciertamente, nuestras percepciones de las personas pueden estar equivocadas a veces, pero cuando Dios está vivo en abundancia, aquellos que tienen ojos para ver, verán. Aquellos que tienen hambre de Dios percibirán Su presencia en tu vida y serán alimentados por Él a través de ti. Reflexiona sobre lo radiante que es tu vida interior. Y reflexiona sobre si esa llama ardiente interior brilla o no para que otros la vean. Y si no está ardiendo brillante e intensamente, hoy es un buen día para encender ese fuego interior.
Señor, te invito a que vengas a vivir en mi alma. Te invito a avivar la chispa de fe que tengo. Que Tu amor y Misericordia se conviertan en un fuego ardiente en mí para que pueda ser consumido por Ti y para que otros puedan sentir Tu amor a través de mí. Jesús, en Ti confío.
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 57: Un fuego dentro de tu alma
¿Es posible saber que alguien tiene una profunda vida interior de oración? Aunque esto es “interior” y es una realidad espiritual, ¿es posible sentir esto externamente? Ciertamente lo es. De hecho, cuanto más profunda sea la vida de oración, más brillará esta vida interior para que otros la vean (Ver Diario #172).
¿Y usted? ¿Qué irradia tu alma? Cuando la gente te ve, ¿qué sienten? Ciertamente, nuestras percepciones de las personas pueden estar equivocadas a veces, pero cuando Dios está vivo en abundancia, aquellos que tienen ojos para ver, verán. Aquellos que tienen hambre de Dios percibirán Su presencia en tu vida y serán alimentados por Él a través de ti. Reflexiona sobre lo radiante que es tu vida interior. Y reflexiona sobre si esa llama ardiente interior brilla o no para que otros la vean. Y si no está ardiendo brillante e intensamente, hoy es un buen día para encender ese fuego interior.
Señor, te invito a que vengas a vivir en mi alma. Te invito a avivar la chispa de fe que tengo. Que Tu amor y Misericordia se conviertan en un fuego ardiente en mí para que pueda ser consumido por Ti y para que otros puedan sentir Tu amor a través de mí. Jesús, en Ti confío.
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