365 Días con Santa Faustina
Reflexión 53: Dificultades en la oración
Hay dificultades interiores y exteriores que encontramos cuando intentamos formar un hábito diario de oración. Dificultades interiores: desánimo, sequedad, pesadez de espíritu y tentaciones. Estas dificultades se superan con paciencia y perseverancia. Dificultades exteriores: miedo a lo que los demás puedan pensar o decir y reservar tiempo. Estas dificultades se superan con humildad y diligencia (Ver Diario #147).
Trate de establecer un tiempo diario para la oración y no tenga miedo si otros se dan cuenta de este compromiso. Conviértalo en un momento en el que deje de lado toda distracción y concéntrese diligentemente en la voz de Dios. Intente arrodillarse o, mejor aún, intente postrarse ante nuestro Señor. Arrodíllate o acuéstate ante el crucifijo en tu habitación o ante el Santísimo Sacramento en la iglesia. Si lo hace, lo más probable es que encuentre tentaciones y dificultades inmediatas. No se sorprenda por esto. Se encontrará pensando en otras cosas que debe hacer e incluso puede preocuparse de que otros descubran que está orando. Persevera, mantente enfocado y ora. Orad profundamente y orad mucho y veréis los buenos frutos de este compromiso en vuestra vida.
Señor, dame la fuerza que necesito para perseverar a través de cualquier dificultad que trate de alejarme de mi oración contigo. Hazme fuerte para que pueda dejar de lado cualquier lucha o tentación que se me presente. Y mientras prosigo en esta nueva vida de oración, por favor toma mi vida y fórmame en una nueva creación en Tu amor y Misericordia. Jesús, en Ti confío.
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