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Lunes semana octava Tiempo Ordinario (28 febrero 2022)
Publicado el domingo, 27 febrero 2022| Comentarios desactivadosen Lunes semana octava Tiempo Ordinario (28 febrero 2022)
De Corazón a corazón: 1Pe 1,3-9 (“Gran misericordia… resurrección de Jesucristo… esperanza viva… rebosáis de alegría… afligidos con diversas pruebas”); Mc 10,17-27 (“Jesús le miró con amor… ven y sígueme”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: En la historia de cada persona, todo comienza con una mirada amorosa de Dios que llama a la existencia y a la participación de la vida nueva en Cristo. A Pedro le miró Jesús al recibirle por primera vez (cfr. Jn 1,42) y luego al mostrarle su misericordia cuando le había negado (cfr. Lc 22,61). Las miradas de Jesús son de quien nos lleva a todos y cada uno en su corazón. Al joven “rico” del evangelio le invitó a compartir su misma vida, pero el “pobre” tenía sus preferencias caducas que le arruinaron y le dejaron en la soledad y en la tristeza. No captó la declaración de amor del “sígueme”. Toda vocación cristiana, especialmente la de los Apóstoles, es una llamada a compartir la misma vida de Cristo resucitado, del todo y para siempre, como “esperanza viva”.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: En las pupilas de María se refleja la mirada de Jesús. “Nosotros hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores” (Evangelii Gaudium, n.287)
Lunes semana octava Tiempo Ordinario (28 febrero 2022)
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De Corazón a corazón: 1Pe 1,3-9 (“Gran misericordia… resurrección de Jesucristo… esperanza viva… rebosáis de alegría… afligidos con diversas pruebas”); Mc 10,17-27 (“Jesús le miró con amor… ven y sígueme”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: En la historia de cada persona, todo comienza con una mirada amorosa de Dios que llama a la existencia y a la participación de la vida nueva en Cristo. A Pedro le miró Jesús al recibirle por primera vez (cfr. Jn 1,42) y luego al mostrarle su misericordia cuando le había negado (cfr. Lc 22,61). Las miradas de Jesús son de quien nos lleva a todos y cada uno en su corazón. Al joven “rico” del evangelio le invitó a compartir su misma vida, pero el “pobre” tenía sus preferencias caducas que le arruinaron y le dejaron en la soledad y en la tristeza. No captó la declaración de amor del “sígueme”. Toda vocación cristiana, especialmente la de los Apóstoles, es una llamada a compartir la misma vida de Cristo resucitado, del todo y para siempre, como “esperanza viva”.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: En las pupilas de María se refleja la mirada de Jesús. “Nosotros hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores” (Evangelii Gaudium, n.287)
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