PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Así dice el Señor Dios: El ayuno que yo quiero es éste: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: Aquí estoy (Is 58,6-7.9).
Pensamiento franciscano:
De las cartas de santa Clara a santa Inés: -Mira a Cristo pobre hecho despreciable por ti y síguelo, hecha tú despreciable por Él en este mundo. Reina nobilísima, mira atentamente, considera, contempla, deseando imitarlo, a tu Esposo, el más hermoso de los hijos de los hombres, que, por tu salvación, se ha hecho el más vil de los hombres, despreciado, golpeado y flagelado de múltiples formas en todo su cuerpo, muriendo en medio de las mismas angustias de la cruz (2CtaCl 19-20).
Orar con la Iglesia:
Oremos a Dios Padre, que está siempre cerca de nosotros y nos escucha lleno de amor y de comprensión.
-Para que la Iglesia muestre a todos con sus obras e instituciones la misericordia con que Dios nos trata.
-Para que no caigamos en la tentación de guardar las meras formas externas de la religiosidad.
-Para que cuantos tienen autoridad sobre los demás sientan que están a su servicio para el bien y la justicia.
-Para que los cristianos comprendamos cada vez más y mejor el sentido y las exigencias del ayuno cuaresmal y de toda práctica religiosa.
Oración: Confírmanos, Señor, en el espíritu de la penitencia cuaresmal, y haz que nuestra austeridad exterior vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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