viernes, 25 de febrero de 2022

Buscando la verdad 25 de febrero de 2022 Viernes de la séptima semana del tiempo ordinario

 




Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

Buscando la verdad
25 de febrero de 2022
Viernes de la séptima semana del tiempo ordinario
Lecturas para hoy

Los fariseos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Es lícito que un marido se divorcie de su mujer?" Lo estaban probando. Marcos 10:2

Los fariseos estaban constantemente tratando de atrapar a Jesús. Aunque este es un hecho triste, nos enseña una lección sobre la búsqueda de la verdad.

Uno de los objetivos más básicos por los que debemos esforzarnos en la vida es buscar la verdad. Debemos buscar conocer la verdad y luego permitir que esa verdad nos libere. En un nivel, los fariseos buscaban la verdad. Le hicieron una pregunta a Jesús acerca de la Ley de Moisés y Su interpretación de esa ley. Aunque es bueno hacer esa pregunta y buscar una respuesta de Jesús, hay una distinción sutil que debemos hacer.

La distinción tiene que ver con el motivo del que pregunta. En este caso, los fariseos le estaban haciendo una pregunta a Jesús no porque estuvieran buscando la verdad; más bien, lo estaban preguntando con la intención de engañar y manipular. Estaban buscando todo lo posible para tratar de atrapar a Jesús a fin de condenarlo. La mejor manera de hacerle una pregunta a Jesús es acudir a Él por dos razones.

Primero, debemos acercarnos a Él haciéndole preguntas porque humildemente creemos que Él es la fuente de toda Verdad. Esto requiere humildad porque requiere que reconozcamos que Jesús sabe más. Él tiene la respuesta, una respuesta mejor que la nuestra.

En segundo lugar, cuando le hacemos una pregunta a Jesús, debemos examinar nuestra motivación. Con suerte, nuestra motivación consiste en el solo hecho de que queremos saber. Hemos llegado a creer que Él es la fuente de la verdad y, por lo tanto, nos volvemos a Él para comprender. Entonces, no solo creemos humildemente que Él tiene las respuestas, sino que también queremos conocerlas sinceramente. Esta forma de corazón inquisitivo y abierto nos dispone a recibir todo lo que Él nos dice, como si fuéramos tierra seca dispuesta a empaparse de una suave lluvia.

Reflexiona, hoy, sobre si presentas regularmente todas tus preguntas en la vida ante nuestro Señor. Si lo hace, examine su motivación. Esfuércense por tener un corazón humilde que desee recibir la verdad pura de la fuente que es la Verdad misma.

Mi verdadero Señor, me dirijo a Ti como la fuente de toda Verdad. Enséñame tus caminos y lléname de tu sabiduría. Ayúdame a comprender la vida como Tú la ves y, en esa comprensión, ayúdame a abrazar Tu santa voluntad. Jesús, en Ti confío.


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