365 Días con Santa Faustina
Reflexión 177: Santa Obediencia
Una de las mayores salvaguardas contra hacer nuestra propia voluntad en lugar de la de Dios es la santa obediencia. Quienes están en la vida religiosa tienen la bendición de vivir esto de manera literal y externa, permitiendo interiorizar la práctica externa para tener la certeza de que están viviendo la Voluntad de Dios. Pero la obediencia debe vivirse en toda vida, no sólo religiosa. La obediencia se logra de muchas maneras. Se logra en la vida familiar cuando sometemos nuestra voluntad a las preferencias de los demás, sometiéndonos en forma de obediencia para fomentar el amor y la unidad. Se logra de manera profunda cuando sometemos nuestra voluntad a la voz y enseñanza de nuestra Iglesia. Nunca nos equivocaremos si vivimos en santa obediencia a lo que el Señor habla a través de Su Iglesia. Cuando vivamos esta obediencia, la Voluntad de Dios no nos será impuesta desde fuera; bastante,Diario #932-933).
¿Oyes a Dios llamándote, suave y sutilmente, a someterte a la preferencia de otro? No debes someterte a aquellas cosas que son contrarias a la Voluntad de Dios, pero hay numerosas oportunidades cada día para morir a ti mismo y abrazar “obedientemente” la voluntad de otro. Si podéis hacer esto siempre con respecto a la Voluntad de Dios pronunciada a través de Su Iglesia, veréis abiertas las puertas de la Misericordia y vuestra humilde sumisión os traerá una gran santidad.
Señor, a veces es muy difícil dejar ir mi propia voluntad y abrazar la voluntad de otro. Ayúdame a ver estos pequeños actos como actos de verdadero amor y santa sumisión a Ti. Que te permita moldear mi voluntad en la tuya mientras actúo en santa obediencia, especialmente cuando esto requiere un gran sacrificio. Elijo también Tu Voluntad tal como es revelada a través de Tu Iglesia y siempre me someto a esa revelación por encima de mis propias ideas. Jesús, en Ti confío.
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