ORAR CON EL CORAZÓN ABIERTO
Meditaciones diarias para un sincero diálogo con Dios
Primer día de mayo con María en el corazón. Se dice con acierto que el tiempo Adviento es el más mariano del calendario litúrgico. En este periodo, contemplamos la espera de María y celebramos sus grandes fiestas, especialmente, la gran festividad de la Inmaculada.
Pero mayo, con su floreciente primavera llena de color, es el gran mes de María, la más bella de las flores creadas por Dios. Con Ella celebramos la fiesta de la Vida, cantamos el aleluya triunfante de la Resurrección y esperamos la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Durante este tiempo es más sencillo recorrer a su lado los caminos que propone Jesús, recrear la esperanza, fortalecer la confianza y unir las manos para tejer la concordia en nuestro pequeño mundo.
Recuerdo mi infancia. Al colegio llevaba cada semana un ramo de flores a María que depositábamos a los pies de una imagen de piedra del patio y le ofrecíamos cada día nuestras ofrendas espirituales. Conservo en mi memoria la romería que hacía todo el curso a un santuario mariano como también la romería que organizábamos con alegría mis padres y mis hermanos.
Hoy comienza el mes de María y de su mano vamos al encuentro de Jesús. María es Madre, Madre de la Iglesia y Madre de Dios. ¡Qué bonito es recordarlo y celebrarlo!
María, corazón espiritual de los cristianos, es el regalo más preciado que nos dejó Jesús en el último momento de su vida: «Ahí tienes a tu Madre». ¡Qué generosidad tan grande convertir a María en la Madre de los que nos consideramos discípulos de Jesús!
Me entrego este mes enteramente a María. Le entrego mi vida, mis palabras, mis pensamientos, mis sentimientos, mi compromiso apostólico, mis cruces y mis caídas. Le entrego a mi familia, a mis amigos, a mis compañeros de trabajo, a mis colaboradores, a los alejados de mi por sus ideas y sus actitudes. Le entrego todo mi ser para que encienda su amor en mi corazón y en el de todos los que amo.
¡María, Madre del amor hermoso, Reina del Universo, Madre de la Iglesia, enciende en mi corazón un amor grande hacia Ti y hacia Jesús! ¡Permíteme, María, refugiarme en este mes de mayo en tu santo corazón para tomar de Ti tus virtudes y tus enseñanzas! ¡En este mes que comienza me consagro enteramente a Ti, quiero que mi corazón se convierta en un pequeño santuario donde repose tu amor, y con tu presencia resplandezca dándole brillo que ilumine al prójimo! ¡Haz que mis manos sean como las tuyas, modelo de entrega, servicio, amor, ternura y generosidad! ¡Que en este mes de mayo sea capaz de esparcir tu perfume de rosas entre los que me rodean! ¡Quiero regalarte flores, guirnaldas y coronas pero no materiales sino espirituales en forma de piedad y de virtud! ¡Abre, María, durante este mes de mayo mi corazón al amor, que la inocencia y sencillez de mi corazón se impregne de tu amor! ¡Ayúdame a que todos mis actos, mis gestos, mis palabras, mis sentimientos y mis actitudes tengan la misma pureza, caridad y humildad que tienen los tuyos y aparta de mi el mal que pueda haber en mi corazón! ¡Tómame, María, de tu mano para ser más delicado, paciente, caritativo, amoroso, resignado y humilde! ¡Tú, María, eres la más bella flor creada por Dios, que de ti broten en mi corazón y florezcan todos los frutos de la gracia divina! ¡Llévame, María, en este mes de mayo a Jesús y permíteme ser luz para los demás! ¡Camina conmigo, María! ¡Lucha conmigo, María! ¡Derrama el amor de Dios en mi vida y en la de los que amo y no permitas que nunca se turbe mi corazón porque Tu estás conmigo! ¡Todo tuyo, María!
Hoy, primero de mayo, la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, fecha que coincide con el Día Mundial del Trabajo. Le pedimos a san José que proteja ante Dios a todos los trabajadores del mundo y permita dignificar al hombre por medio de un trabajo digno.
En mayo, nos unimos a la intención del Santo Padre que nos alienta a rezar por la misión de los laicos, para que siendo fieles a la Iglesia cumplamos nuestra misión específica poniendo toda nuestra creatividad al servicio de los desafíos del mundo actual.
Jaculatoria la Virgen en el mes de mayo: Gózate, gozosa Madre, gozo de la humanidad, templo de la Trinidad, elegida por Dios Padre.
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