ES NECESARIO ALEGRARSE Y REGOCIJARSE
PORQUE ESTA HIJA MÍA ESTABA MUERTA,
Y HA VUELTO A LA VIDA
De una carta de san Basilio Magno
Por fortuna, ¿el que tropieza y cae, no vuelve a levantarse? O el que marcha de viaje, ¿no retorna? En la Sagrada Escritura hallarás abundantes remedios contra el mal, antídotos para librarte de la muerte y encontrar la salvación; también, los misterios sobre la muerte y resurrección, testimonios sobre el juicio temible y sobre los suplicios eternos; reflexiones sobre la penitencia y el perdón de los pecados; y ejemplos admirables de conversión: la dracma, la ovejuela, el hijo pródigo perdido y reencontrado, muerto y vuelto a la vida. Usemos de estos remedios contra el mal y salvaremos nuestras almas; mientras disponemos de tiempo, librémonos de las caídas sin desesperar de nosotros mismos, para apartarnos del mal. Nuestro Señor Jesucristo vino al mundo a salvar a los pecadores. «Venid, adorémosle, arrodillémonos ante él gimiendo y llorando».
La palabra del Padre clama y dice, incitando a la penitencia: Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Cuando decidimos seguirle, él se convierte en camino de salvación. La muerte nos había devorado a todos, pero sabed que Dios ha enjugado las lágrimas de los arrepentidos. Fiel es Dios en todas sus palabras. No miente al afirmar: Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fuesen rojos como el carmesí, cual la lana quedarán. El médico de las almas presto se encuentra para sanarte, y no sólo a ti, sino a cuantos incurrieron en el pecado. Suyas son aquellas dulces y consoladoras palabras: No necesitan médico los sanos, sino los que se encuentran mal. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores. ¿Qué excusa puedes tener ahora tú o cualquier otro, si él mismo invita dulcemente?
Ha querido Dios librarte de la presente aflicción, y te promete además la luz esplendente, superadas las tinieblas del mundo actual. El Buen Pastor, abandonadas las restantes ovejas, te busca a ti. Si te dejas conducir, no dudará en llevarte cómodamente sobre sus hombros, satisfecho por haber hallado a la oveja perdida.
El Padre te espera, confiando en tu retorno. Vuelve pronto; te divisará desde lejos y saldrá a tu encuentro, te abrazará colmándote de caricias, al verte arrepentida y purificada por tu dolor. No contento aún, te adornará con la estola de la gracia, despojándote del hombre viejo y de sus obras, te colocará el anillo de la alianza en tus manos limpias ya de la sangre de muerte, ciñendo tus pies con sandalias, para que no retornen las pisadas por el camino de la perdición y tomen el sendero de la paz evangélica. Anunciará a sus ángeles y hombres que es un día de alegría y de gozo, porque tu alma se ha salvado. Lo atestigua Cristo: Os digo que habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión. Y, si alguno de los presentes se extraña de la prontitud con que fue perdonada, el buen Padre contestará en tu nombre: Es necesario alegrarse y regocijarse porque esta hija mía estaba muerta y ha vuelto a la vida; perdida, y ha sido encontrada.
SANTA MARGARITA DE CORTONA
Juan Pablo II, Discurso en Cortona el 23 de mayo de 1993
Queridos hermanos y hermanas:
La dramática historia de santa Margarita nos lleva a considerar la gracia del matrimonio y de la familia. No pudo casarse con el hombre que amaba y con el que tuvo un hijo, porque procedía de modestos orígenes campesinos, mientras que su novio era noble. Cuando éste murió trágicamente, Margarita, que había quedado sola con el niño, fue expulsada del castillo donde había vivido durante casi diez años. Pero precisamente en aquel momento de máxima dificultad, se le abrieron de par en par las puertas de la Iglesia. Acogida bajo la protección de los frailes de san Francisco, muy pronto, por su intensa sensibilidad religiosa, fue admitida en la Tercera Orden Franciscana. Así empezó para ella una vida nueva en la penitencia, la oración y el ejercicio de la caridad para con los pobres.
Queridos hermanos y hermanas, con este segundo nacimiento vuestra patrona nos invita a considerar el valor supremo de la vida cristiana, animada por la conversión y la caridad fraterna.
Joven de gran belleza, se transformó en una mujer de incomparable encanto interior gracias a los místicos dones sobrenaturales con que Cristo la adornó. Nacida pobre, se hizo pobre por elección, a ejemplo de Francisco y Clara, abandonándose en las manos de Cristo crucificado. Dos veces huérfana, entró plenamente en la familia de la Iglesia y fue madre de numerosos pobres, tanto desde el punto de vista material como moral.
Fue madre, pero no llegó a ser plenamente esposa. Lo fue sólo de modo espiritual, profundizando su peculiar vocación. Descubrió que su misión consistía en reparar personalmente la falta de amor de los seres humanos hacia Dios. Lo hizo con la oración y la acción: pasando muchas horas en contemplación ante el crucifijo y cuidando a los enfermos, especialmente a las mujeres embarazadas privadas de asistencia. Margarita halló en el Corazón de Cristo el verdadero castillo donde refugiarse; en el Nombre de Jesús, el único título verdadero de nobleza, y en la Eucaristía, el alimento espiritual de cada día.
Queridos habitantes de Cortona, hay un tercer aspecto de su mensaje que quisiera subrayar hoy: la dimensión social de su testimonio.
Es imposible no maravillarse frente a la fuerza extraordinaria de renovación moral, cultural y civil que brota de esta mujer del pueblo, que escaló la cumbre de la santidad. Margarita fue mensajera de paz y concordia entre las facciones de vuestra ciudad; impulsó en gran medida la religiosidad popular mediante el canto de las Laudes, expresión característica del espíritu franciscano; y, sobre todo, dio un eficaz testimonio de caridad, fundando un hospital que todavía existe: la Casa de Santa María de la Misericordia.
A pesar de ser muchacha pobre, con dificultades en su misma familia, Margarita no tuvo miedo de desafiar su ambiente para seguir, después del amor a un hombre, el amor mayor a Cristo. De esta forma, llegó a ser modelo de conversión a una existencia totalmente renovada. Frente a un mensaje tan actual y elocuente, ¿cómo podemos quedar indiferentes?
Queridos fieles, santa Margarita nos invita a la conversión, nos impulsa a la fidelidad y nos alienta a seguir el Evangelio. Dirijámonos a ella con confianza. Que su intercesión nos acompañe todos los días: te acompañe a ti, amado pueblo cortonense, y a los numerosos peregrinos que vienen aquí desde todo el mundo para orar. Que ella obtenga para todos la paz del corazón y el don de la fidelidad al Evangelio.
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