Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 188: Las demandas del Señor
Si el Señor te pide que hagas algo, ¿tienes alguna opción? Lo haces en la medida en que puedes decir "No". Y esto es un pecado. Pero si ha elegido seguir a Cristo y su meta es el Cielo, entonces es correcto decir que estamos obligadoshacer lo que el Señor nos pida. Sus peticiones son mandatos ciertos e inamovibles de Amor. Él no se moverá. Él no cambiará. Esto solo es difícil de aceptar si somos tercos y no estamos dispuestos a someternos a Él. Pero si entendemos la naturaleza de Su Voluntad, como se describe arriba, entonces deberíamos regocijarnos cuando escuchamos Su voz clara y nítida hablándonos con órdenes de Amor. Debemos ver Su Voluntad y Su Ley como la respuesta perfecta a cada problema y cada necesidad que tenemos en la vida. Las demandas del Señor son demandas a las que debemos ceder. Y una de esas demandas es que Él desea que todos entremos y distribuyamos Su abundante Misericordia (Ver Diario #998).
Reflexiona sobre la demanda de nuestro Señor de que dispenses Su Misericordia. Él no sólo te invita a hacerlo, es Su perfecta Voluntad inamovible e irrevocable. Él nunca cambiará de opinión. Solo hay una opción que tienes. Debes concederte ser misionero de Su Divina Misericordia si eliges Su Voluntad para tu vida. ¿Estás dispuesto a aceptar este llamado? ¿Estás dispuesto a decir “Sí”? Reflexiona sobre esta pregunta hoy y haz una elección que refleje la certeza de la perfecta Voluntad de Dios. Dile “Sí” a nuestro Señor y no te arrepentirás.
Señor, Tu Voluntad es perfecta y el deleite de mi alma. Te agradezco por invitarme y obligarme a ser instrumento de Tu Divina Misericordia en el mundo. Que pueda abrazar este llamado con celo, amor y devoción. Úsame, amado Señor, como quieras. Y te agradezco por el increíble honor de servirte. Jesús, en Ti confío.
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Reflexión 188: Las demandas del Señor
Si el Señor te pide que hagas algo, ¿tienes alguna opción? Lo haces en la medida en que puedes decir "No". Y esto es un pecado. Pero si ha elegido seguir a Cristo y su meta es el Cielo, entonces es correcto decir que estamos obligadoshacer lo que el Señor nos pida. Sus peticiones son mandatos ciertos e inamovibles de Amor. Él no se moverá. Él no cambiará. Esto solo es difícil de aceptar si somos tercos y no estamos dispuestos a someternos a Él. Pero si entendemos la naturaleza de Su Voluntad, como se describe arriba, entonces deberíamos regocijarnos cuando escuchamos Su voz clara y nítida hablándonos con órdenes de Amor. Debemos ver Su Voluntad y Su Ley como la respuesta perfecta a cada problema y cada necesidad que tenemos en la vida. Las demandas del Señor son demandas a las que debemos ceder. Y una de esas demandas es que Él desea que todos entremos y distribuyamos Su abundante Misericordia (Ver Diario #998).
Reflexiona sobre la demanda de nuestro Señor de que dispenses Su Misericordia. Él no sólo te invita a hacerlo, es Su perfecta Voluntad inamovible e irrevocable. Él nunca cambiará de opinión. Solo hay una opción que tienes. Debes concederte ser misionero de Su Divina Misericordia si eliges Su Voluntad para tu vida. ¿Estás dispuesto a aceptar este llamado? ¿Estás dispuesto a decir “Sí”? Reflexiona sobre esta pregunta hoy y haz una elección que refleje la certeza de la perfecta Voluntad de Dios. Dile “Sí” a nuestro Señor y no te arrepentirás.
Señor, Tu Voluntad es perfecta y el deleite de mi alma. Te agradezco por invitarme y obligarme a ser instrumento de Tu Divina Misericordia en el mundo. Que pueda abrazar este llamado con celo, amor y devoción. Úsame, amado Señor, como quieras. Y te agradezco por el increíble honor de servirte. Jesús, en Ti confío.
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