Lunes semana dieciocho Tiempo Ordinario (1 agosto, S. Alfonso Mª Ligorio)
De Corazón a corazón: Jer 28,1-17 (Rompen el yugo que llevaba Jeremías); Mt 14,13-21 (Jesús: “Tengo compasión… dadles de comer”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: Sería interesante y sorprendente ir intuyendo los latidos del Corazón de Cristo en todo su actuar y en toda su enseñanza. Se vislumbra mejor a partir de su “compasión” ante una muchedumbre hambrienta. Pero es la misma compasión que siente ante los enfermos y pecadores. A Jesús sólo se le entiende “de corazón a corazón”. Todo lo que dijo y todo lo que hizo no es más que: “habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo” (Jn 13,1). El “yugo” de Jesús es “ligero” (Mt 11,30) y nadie lo puede romper. Pero también es ligero porque es el mismo amor de Jesús, que todo lo suaviza.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Cuando Jesús describe la compasión del Padre del hijo prodigo, lo hace con una expresión que indica la “ternura de madre” (Lc 15,2). “La mirada amorosa de la Madre contemplando al Niño que duerme, confiado, en su regazo, es una invitación para que aprendamos a ver, a través de sus ojos, a Jesús presente en nuestros prójimos” (Papa Francisco, 15 julio 2022).
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