¡Mi vida católica!
La Perla de Gran Precio
27 de julio de 2022
Miércoles de la XVII semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy
“Además, el Reino de los cielos es como un mercader que busca perlas finas. Cuando encuentra una perla de gran precio, va y vende todo lo que tiene y la compra”. Mateo 13:45-46
Hay muchas ideas hermosas que podemos sacar de este pasaje. ¡Ciertamente podemos ver el Reino de los Cielos como algo análogo a esa “Perla de Gran Precio”! Pero el pasaje en realidad afirma que el Reino de los Cielos es análogo al “comerciante que busca perlas finas”. Este es un hecho revelador.
Una idea que esto nos ofrece es que el Reino de los Cielos se encuentra en nuestra búsqueda diligente. Buscamos el misterio del Cielo y es esta búsqueda la que, en sí misma, nos presenta el Reino de Dios.
Hablar de la “búsqueda de Dios” es otra forma de decir que Dios es un profundo Misterio de Fe, un Mysterium Fidei como decimos en la Misa. Como un “Misterio” divino, es importante entender que nunca podemos “encontrar” completamente a Dios. . Ciertamente podemos encontrarlo, comprenderlo, llegar a conocerlo y entregarle nuestra vida. Pero nunca podremos hacerlo completamente . La verdad es que cuanto más llegamos a conocer a Dios, más lo buscamos y cuanto más lo buscamos, más nos damos cuenta de que no lo conocemos completamente. Pero esta revelación nos lleva cada vez más profundamente a la vida de Dios ya la adquisición del Reino de los Cielos.
El descubrimiento de la belleza, el valor, el misterio, el poder y la gloria de Dios y Su Reino es de lo que debe tratarse la vida. Debemos pasar esta vida buscando, encontrando y buscando más. Esto es lo que haremos en el Cielo. El cielo será un momento de plena revelación del Reino y de la vida interior de Dios, pero descubriremos en esta revelación que eternamente entraremos más profundamente en Dios y en Su gloriosa presencia.
Reflexiona, hoy, sobre la búsqueda que emprendes en tu vida. ¿Es una búsqueda diligente de Dios? ¿O te vuelves flojo en este esfuerzo? Vuelva a comprometerse a una búsqueda de Dios de todo corazón y encontrará que esta búsqueda es en realidad un descubrimiento de las glorias del Reino de los Cielos.
Mi Rey eterno, te amo y deseo amarte aún más. Por favor, lléname de celo y esperanza mientras te busco. Que mi búsqueda sincera de Ti me revele el misterio de Tu gloriosa vida interior. A medida que te descubro, ayúdame a buscarte aún más. Jesús, en Ti confío.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario