PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
De la Carta a los Colosenses: «Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta» (Col 3,12-14).
Pensamiento franciscano:
En su Regla, dice Francisco a sus hermanos: «Guardémonos mucho de la malicia y sutileza de Satanás, que quiere que el hombre no tenga su mente y su corazón dirigidos a Dios. Y, dando vueltas a su alrededor, desea llevarse el corazón so pretexto de alguna merced o ayuda, y sofocar en su memoria la palabra y preceptos del Señor, queriendo cegar el corazón por medio de los negocios y cuidados del siglo, y habitar él allí» (1 R 22,19-20).
Orar con la Iglesia:
En unión espiritual con la familia de Nazaret, modelo e imagen de la humanidad nueva, elevemos al Padre nuestra oración.
-Por la Iglesia: para que dé siempre la imagen de una verdadera familia que sabe amar, perdonar, estimar y apreciar a cada persona por sí misma.
-Por las familias: para que el Señor les inspire esa confianza en la Providencia que ayuda a acoger y a promover el don de la vida.
-Por todas las familias: para que sean lugar de crecimiento en edad, sabiduría y gracia.
-Por los padres y los hijos: para que sepan construir una auténtica comunidad que crezca en la fe y en el amor.
Oración: Señor Dios, que, en Jesús, José y María, nos has dado una imagen viva de tu eterna comunión de amor; renueva en todos los hogares las maravillas de tu Espíritu para que nuestras familias experimenten de continuo tu presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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