PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
«¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos del alimento diario y uno de vosotros les dice: "Id en paz, abrigaos y saciaos", pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro» (Sant 2,14-17).
Pensamiento franciscano:
Dice san Francisco en su primera Regla: -Los hermanos muestren por las obras el amor que se tienen mutuamente, como dice el Apóstol: No amemos de palabra y de boca, sino de obra y de verdad. Y a nadie difamen. No murmuren, no denigren a otros. Y sean modestos, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. No juzguen, no condenen. Y, como dice el Señor, no consideren los pecados mínimos de los otros; al contrario, recapaciten más bien en los suyos propios con amargura de su alma (cf. 1 R 1,6-12).
Orar con la Iglesia:
Demos gracias a Dios Padre que, por la acción de su Espíritu, purifica nuestros corazones y los llena de su amor, y digámosle: Derrama sobre nosotros tu Espíritu.
-Concédenos, Señor, el espíritu de fe y de acción de gracias, para recibir siempre con gozo lo bueno y soportar con paciencia lo adverso.
-Haz que practiquemos la caridad no únicamente en los acontecimientos importantes, sino, ante todo, en la vida ordinaria.
-Concédenos vivir con austeridad cristiana y compartir nuestro pan con los hambrientos.
-Danos llevar en nuestro cuerpo la muerte de tu Hijo, para que, como dice san Pablo, sea Cristo quien viva en nosotros.
Oración: Padre nuestro, que premias a los justos y perdonas a los pecadores que hacen penitencia, danos, por la humilde confesión de nuestras culpas, tu paz y tu perdón. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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