CRISTO NUESTRO CAMINO EN COMUNIÓN FRATERNA, ITINERARIO DE LA IGLESIA SINODAL, NUEVO ADVIENTO
Publicado el lunes, 29 noviembre 2021| Comentarios desactivadosen CRISTO NUESTRO CAMINO EN COMUNIÓN FRATERNA, ITINERARIO DE LA IGLESIA SINODAL, NUEVO ADVIENTO
1: EL SEÑOR VIENE EN EL “ADVIENTO” DE CADA MOMENTO HISTÓRICO
“La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros” (Jn 1,14). “Este es mi Hijo amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo” (Mt 17,5). “Id… predicad… estaré con vosotros” (Mt 28,19-20). “Sí, vengo pronto… ¡Ven, Señor Jesús!” (Apo 22,20). La historia de cada uno y de cada comunidad es como una página en blanco que se está escribiendo con Palabra viva: “Sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo… en los corazones” (2Cor 3,3).
Camino del año itúrgico, camino de Pascua: Presencia de Cristo Resucitado… “en medio” nuestro.
2: EL EVANGELIO SIGUE ACONTECIENDO, ES “CONTEMPORÁNEO”, HISTORIA SALVÍFICA
“Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la esposa de su Hijo amado” (Vaticano II, Dei Verbum, “Las palabras divinas crecen con quien las lee” (S. Gregorio Magno, Homilías sobre Ezequiel, 1, 7). “La contemporaneidad de Cristo respecto al hombre de cada época se realiza en el cuerpo vivo de la Iglesia” (Juan Pablo II, Veritatis splendor, 25).
“Por obra del Espíritu Santo nació él de una Virgen, y por obra del mismo Espíritu Santo fecunda también su Iglesia pura, a fin de que, a través del bautismo, dé a luz a una multitud innumerable de hijos de Dios, de quienes está escrito: Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios” (S. León Magno, Sermón 12, sobre la pasión del Señor, 3ss).
“La Palabra, puesta sobre el candelero de la Iglesia… ilumina a todos los hombres” (San Máximo Confesor, Cuestión 63). Cada palabra del Evangelio (y de toda la Escritura) es una epifanía, que deja entrever los latidos del corazón de Dios y su misma Palabra personal. La acción del Espíritu Santo se recibe meditando su palabra en el corazón (cfr. Lc 2,19.51), en sintonía con la Madre de Jesús (cfr. Hech 1,14). “Cor ad cor loquitur” (S. J.H. Newman y S. Francisco de Sales). A Cristo solo se le conoce y recibe amando: “Si alguno me ama… yo manifestaré a él” (Jn 14,21).
3: CAMINO DE “COMUNIÓN” EN LA IGLESIA “SINODAL”
Urgencia del mandato del amor: Jn 13,34-35. La oración sacerdotal-oblativa de Jesús por la “unidad”: “Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado… que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí” (Jn 17, 21-23). La “comunión” en la primera carta de San Juan: “Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis en comunión con nosotros y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo… Si decimos que estamos en comunión con él y vivimos en las tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado” (1Jn 1,3-4.6-7). Comentario de S. Agustín: “Estamos en comunión porque tenemos una fe común… afirma la plenitud del gozo en la misma comunión, en el mismo amor, en la misma unidad” (S. Agustín, In Epist. Ioan., Trat. 1)
Ecclesiología de comunión (“coinonía”), comunión fraterna y familiar de la Iglesia peregrina: Es el itinerario de la Iglesia de todas las épocas. “La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos” (Hch 4,32). Es un camino “sinodal”: caminamos juntos, cuando escuchamos, oramos y vivimos de la Palabra; inspiramos nuestra vida en la Eucaristía (presencia de Cristo, oblación y pan partido) y construimos la fraternidad familiar. “Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo… A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común” (1Cor 12,4.7). María siempre en el “camino” de la vida de Jesús (cfr. Lc 1-2; Jn 2,12; 19,25-27), ahora presente (presencia activa y materna) en la Iglesia misionera e itinerante, en un Pentecostés permanente (cfr. Hch 1,14; Ap 12,1: 22,17.20).
(Sínodo) El camino sinodal de la Iglesia peregrina (2021-2023): «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión»
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1: EL SEÑOR VIENE EN EL “ADVIENTO” DE CADA MOMENTO HISTÓRICO
“La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros” (Jn 1,14). “Este es mi Hijo amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo” (Mt 17,5). “Id… predicad… estaré con vosotros” (Mt 28,19-20). “Sí, vengo pronto… ¡Ven, Señor Jesús!” (Apo 22,20). La historia de cada uno y de cada comunidad es como una página en blanco que se está escribiendo con Palabra viva: “Sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo… en los corazones” (2Cor 3,3).
Camino del año itúrgico, camino de Pascua: Presencia de Cristo Resucitado… “en medio” nuestro.
2: EL EVANGELIO SIGUE ACONTECIENDO, ES “CONTEMPORÁNEO”, HISTORIA SALVÍFICA
“Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la esposa de su Hijo amado” (Vaticano II, Dei Verbum, “Las palabras divinas crecen con quien las lee” (S. Gregorio Magno, Homilías sobre Ezequiel, 1, 7). “La contemporaneidad de Cristo respecto al hombre de cada época se realiza en el cuerpo vivo de la Iglesia” (Juan Pablo II, Veritatis splendor, 25).
“Por obra del Espíritu Santo nació él de una Virgen, y por obra del mismo Espíritu Santo fecunda también su Iglesia pura, a fin de que, a través del bautismo, dé a luz a una multitud innumerable de hijos de Dios, de quienes está escrito: Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios” (S. León Magno, Sermón 12, sobre la pasión del Señor, 3ss).
“La Palabra, puesta sobre el candelero de la Iglesia… ilumina a todos los hombres” (San Máximo Confesor, Cuestión 63). Cada palabra del Evangelio (y de toda la Escritura) es una epifanía, que deja entrever los latidos del corazón de Dios y su misma Palabra personal. La acción del Espíritu Santo se recibe meditando su palabra en el corazón (cfr. Lc 2,19.51), en sintonía con la Madre de Jesús (cfr. Hech 1,14). “Cor ad cor loquitur” (S. J.H. Newman y S. Francisco de Sales). A Cristo solo se le conoce y recibe amando: “Si alguno me ama… yo manifestaré a él” (Jn 14,21).
3: CAMINO DE “COMUNIÓN” EN LA IGLESIA “SINODAL”
Urgencia del mandato del amor: Jn 13,34-35. La oración sacerdotal-oblativa de Jesús por la “unidad”: “Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado… que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí” (Jn 17, 21-23). La “comunión” en la primera carta de San Juan: “Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis en comunión con nosotros y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo… Si decimos que estamos en comunión con él y vivimos en las tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado” (1Jn 1,3-4.6-7). Comentario de S. Agustín: “Estamos en comunión porque tenemos una fe común… afirma la plenitud del gozo en la misma comunión, en el mismo amor, en la misma unidad” (S. Agustín, In Epist. Ioan., Trat. 1)
Ecclesiología de comunión (“coinonía”), comunión fraterna y familiar de la Iglesia peregrina: Es el itinerario de la Iglesia de todas las épocas. “La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos” (Hch 4,32). Es un camino “sinodal”: caminamos juntos, cuando escuchamos, oramos y vivimos de la Palabra; inspiramos nuestra vida en la Eucaristía (presencia de Cristo, oblación y pan partido) y construimos la fraternidad familiar. “Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo… A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común” (1Cor 12,4.7). María siempre en el “camino” de la vida de Jesús (cfr. Lc 1-2; Jn 2,12; 19,25-27), ahora presente (presencia activa y materna) en la Iglesia misionera e itinerante, en un Pentecostés permanente (cfr. Hch 1,14; Ap 12,1: 22,17.20).
(Sínodo) El camino sinodal de la Iglesia peregrina (2021-2023): «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión»
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