Sucedió en Columbus, Ohio. Un grupo de seminaristas del Pontificio Colegio Josephinum se agolpó fuera de una clínica donde se asesina legalmente a niños en el vientre de sus mamás. Dado que lo hacen los sábados, de modo habitual, la prensa ha logrado captarlos como nadie lo hubiera esperado: en posesión de armas…
Desde luego que no se trata de cualquier arma sino de una de las más “peligrosas” para mover corazones y, con la gracia de Dios, transformar decisiones: el Rosario.
Un testimonio para todos
Vestidos en su sotana y acompañados por sus formadores, los 180 seminaristas se dividen en grupos para visitar uno de los dos Gólgotas de la vida más cercanos al Josephinum para invadirlos con oración. “Estamos allí para rezar. Estamos enseñando a nuestros hombres a ser hombres de oración y a dirigir a otras personas en la oración. Esa es nuestra primera responsabilidad”, dijo el padre James Wehner, rector del colegio, a LifeSiteNews.com.
Sin duda un gran testimonio que es ya formación para los futuros sacerdotes. Una posibilidad, además, de ver el derrotero del mal que puede seguir una persona ante la cultura imperante. Nueva evangelización, a fin de cuentas, y en un ámbito tan importante como lo es la defensa de la vida de los bebés en el vientre de sus mamás.
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