domingo, 11 de febrero de 2018

Devoción al Santísimo Sacramento del Altar

Devoción al
 Santísimo Sacramento del Altar
 
 


INTRODUCCIÓN
A nuestro amado Jesús, mucho le cuesta negarse cuando se le pide en la Adoración. Si no hay impedimento, postrémonos confesados y comulguemos en esa ocasión y de ahí para adelante.
Más abajo se explica más en detalle, pero si estamos preocupados por un pariente fallecido, ese es el momento para pedir por la persona. Si estamos enfermos, por nosotros mismos, para que nos libre del pecado y de las garras de Satanás, en fin por cuanto necesitemos, no hay otro lugar mejor en el Universo entero, que frente al Santísimo. Realizamos la petición y luego de rodillas (si puede) en profundo silencio y   adoración.
Hermanos, estoy convencido que en ese momento, Jesús se pasea entre las bancas del Templo, acariciando a todos los que allí están en profunda oración.

Los invitamos ahora a seguir leyendo, impriman esta página para que la lleven a la iglesia y puedan rezar algunas oraciones frente al Santísimo.




Visita al SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR, el lugar de la Morada del Dios Altísimo y donde no hay problema o dificultad que no halle respuesta en la Infinita y Divina Misericordia de Jesús el Señor !!!



La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza y de amistad con Dios. En esos ratos de oración ante el Santísimo, ante Jesús Sacramentado, recordamos que su presencia es fruto del amor que nos tiene. Es un momento oportuno para renovar nuestro propósito de ser santos y de responder generosamente al amor de Dios. En la adoración a Cristo Jesús también podemos pedir perdón por nuestras faltas y pecados, reconociendo así, con humildad, que sólo Él tiene el poder para perdonarnos, renovando nuestra confianza en su misericordia.


Podemos rezar por los demás, por nuestros familiares, los amigos, por los necesitados, los sufrientes, los enfermos, los agonizantes, los pobres... También por la Iglesia, el Papa, los obispos, los sacerdotes...Por los desvalidos, por los que necesitan de la fe y se creen abandonados de Dios, por la conversión de los infieles y de los seguidores de las falsas religiones, por el arrepentimiento de los herejes...Podemos ofrecer un acto de reparación por los pecados nuestros y ajenos, en especial por las ofensas que se profieren contra el nombre de Dios y los sacrilegios que se realizan contra el Santísimo Sacramento; por los crímenes contra los no nacidos, por los pecados contra la moral y la castidad; por las faltas contra la justicia; por el flagelo del crimen organizado... En fin, en cada uno de nosotros anidan diversas intenciones y necesidades que podemos presentar con fe y confianza. ¡Ojalá podamos hacer de la visita al Santísimo un hábito que tendrá muchos frutos en nuestra vida espiritual!



VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

-Por la señal...
-Señor mío Jesucristo...

ORACIÓN PREPARATORIA.

Aquí estoy en vuestra divina presencia, Jesús mío, para visitaros.

He venido, Señor, porque me habéis llamado.

Vuestra presencia real en la Sagrada Eucaristía, es el eco de aquellas palabras que nos dirigís en el Evangelio: "Venid a Mí todos los que estáis cargados con vuestras miserias y pecados y Yo os aliviaré". Aquí vengo, pues, como enfermo al Médico, para que me sanéis; como pecador al Santo, para que me santifiquéis; y como pobre y mendigo al rico, para que me llenéis de vuestros divinos dones.

Creo, Jesús mío, que estáis en el Santísimo Sacramento del Altar, tan real y verdaderamente como estabais en Belén, como estabais en la cruz y como estáis ahora en el Cielo.

Espero en Vos, que sois poderoso y bueno, para santificar mi alma y salvarme.

Os amo con todo mi corazón, porque sois la Bondad infinita, digno de ser amado de todas las criaturas del Cielo y de la tierra; y me habéis amado hasta derramar vuestra sangre y dar vuestra vida en la cruz por mi.

Vengo aquí a buscar un refugio contra la corrupción del mundo. En el mundo todo es falsedad y mentira; vengo a Vos que sois la Verdad eterna. El mundo está lleno de abismos de iniquidad; vengo a Vos que sois el único Camino de la felicidad. En el mundo todo es sensualidad y pecado; vengo a Vos que sois Vida y Santidad de las almas.

¡Dadme luz, Señor! ¡Que yo os vea presente en el Sagrario con los ojos de la fe; y que mi corazón beba hasta saciarse de la fuente del Amor divino que brota de vuestro Corazón Sacramentado!


COMUNIÓN ESPIRITUAL.


Creo, Jesús mío, que sois el Hijo de Dios vivo, que habéis muerto en la cruz por mí, y estáis ahora real y verdaderamente en el Santísimo Sacramento del Altar. Os pido perdón de todos mis pecados. Os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros. Venid a mi corazón. Os abrazo. No os apartéis jamás de mí.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.


ESTACIÓN AL SANTÍSIMO.

Está constituida por el Padrenuestro, el Avemarías y el Gloria, se repiten cinco veces por las cinco llagas de N.S. Jesucristo y una vez por el Papa.


Oraciones en forma de letanías al Santísimo Sacramento.

Señor, ten misericordia de nosotros.
!Oh Cristo! ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
!Oh Cristo! óyenos.
!Oh Cristo! escúchanos.


Sénos propicio, escúchanos Señor.


Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, un sólo Dios, ten misericordia de nosotros.
Pan vivo que bajaste del Cielo, ten misericordia de nosotros.
Dios escondido y Salvador, ten misericordia de nosotros.
Comida de los escogidos, ten misericordia de nosotros.
Vino que engendras vírgenes, ten misericordia de nosotros.
Pan substancioso y de los reyes regalo, ten misericordia de nosotros.
Sacrificio continuo, ten misericordia de nosotros.
Ofrenda pura, ten misericordia de nosotros.
Cordero sin mancha, ten misericordia de nosotros.
Mesa purísima, ten misericordia de nosotros.
Comida de los ángeles, ten misericordia de nosotros.
Maná escondido, ten misericordia de nosotros.
Memorial de las maravillas de Dios, ten misericordia de nosotros.
Pan sobresubstancial, ten misericordia de nosotros.
Verbo hecho carne, ten misericordia de nosotros.
Dios con nosotros, ten misericordia de nosotros.
Hostia Santa, ten misericordia de nosotros.
Cáliz de Bendición, ten misericordia de nosotros.
Misterio de fe, ten misericordia de nosotros.
Pre-excelso y Venerable Sacramento, ten misericordia de nosotros.
Sacrificio, el más santo de todos, ten misericordia de nosotros.
Verdadero propiciatorio por los vivos y difuntos, ten misericordia de nosotros.
Remedio Celestial, con el que nos preservamos de todos los pecados, ten misericordia de nosotros.
Milagro asombroso sobre todos los milagros, ten misericordia de nosotros.
Memoria Sacratísima de la Pasión del Señor, ten misericordia de nosotros.
Don que excedes a toda riqueza, ten misericordia de nosotros.
Memorial principal del amor divino, ten misericordia de nosotros.
Abundancia de liberalidad Divina, ten misericordia de nosotros.
Sacrosanto y augustísimo misterio, ten misericordia de nosotros.
Medicamento de inmortalidad, ten misericordia de nosotros.
Sacramento vivífico digno de todo respeto, ten misericordia de nosotros.
Pan hecho carne por el Todopoderoso, ten misericordia de nosotros.
Sacrificio incruento, ten misericordia de nosotros.
Comida y convidado, ten misericordia de nosotros.
Convite dulcísimo en el que sirven los ángeles, ten misericordia de nosotros.
Sacramento de piedad, ten misericordia de nosotros.
Vínculo de caridad, ten misericordia de nosotros.
Oferente y ofrecido, ten misericordia de nosotros.
Espiritual dulzura, gustada en la misma fuente, ten misericordia de nosotros.
Sustento de las almas Santas, ten misericordia de nosotros.
Viático de los que mueren en el Señor, ten misericordia de nosotros.
Prenda de la Gloria que esperamos, ten misericordia de nosotros.
 

De la Comunión sacrílega, líbranos, Señor.
De la concupiscencia de la carne, líbranos, Señor.
Del deseo desordenado de los ojos, líbranos Señor.
De las soberbia de la vida, líbranos, Señor.
De toda ocasión de pecar, líbranos, Señor.




Por las cinco llagas de tu Cuerpo Sacratísimo, que por nosotros recibiste, te rogamos, óyenos.
Por aquel Memorial con que deseaste comer la Pascua con tus discípulos, te rogamos, óyenos.
Por la encendida caridad con que instituiste este Divino Sacramento, te rogamos, óyenos.
Por tu Sangre Preciosa, que nos dejaste en el altar, te rogamos, óyenos.
Nosotros pecadores, te rogamos óyenos.
Que te dignes aumentar y conservar en nosotros la fe, reverencia y devoción de este admirable Sacramento, te rogamos óyenos.
Que te dignes guiarnos por la verdadera confesión de los pecados, a la frecuente Comunión, te rogamos, óyenos.
Que te dignes librarnos de toda herejía, infidelidad y ceguedad de corazón, te rogamos óyenos.
Que te dignes hacernos participantes de los frutos Preciosos y Celestiales de este Santísimo Sacramento, te rogamos óyenos.
Que te dignes confortarnos y fortalecernos en la hora de nuestra muerte con este Viático Celestial, te rogamos óyenos.
!Oh Hijo de Dios!, te rogamos óyenos.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
!Oh Cristo, óyenos!
!Oh Cristo, escúchanos!
!Señor, ten misericordia de nosotros!
!Señor, ten misericordia de nosotros!

Padre nuestro, que estás en el cielo....
V. El pan del cielo les has dado.
R. Que tiene en sí todo el deleite.
V. Bendito eres, Señor, en los Cielos.
R. Digno de las alabanzas que se te den, y de ser exaltado y glorificado en todos los siglos.
V. Señor, oye gustoso mi súplica.
R. Y llegue a tu oído mi clamor.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu Espíritu.



Oración:
¡Oh! Dios, que nos dejaste la memoria de tu Pasión en este Admirable Sacramento! Concédenos que de tal suerte veneremos los Sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros el fruto de nuestra redención. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.

 
Se reza en la Adoración Eucarística o en la misa cuando se vea impedido de comulgar

Bendito sea Dios. (se repite; los que contestan, lo mismo para los siguientes)
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
 

Oremos:

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de Tú pasión; Te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de Tu redención. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.




ORACIÓN FINAL.

Gracias, Jesús mío, por la bondad con que me habéis recibido y permitido gozar de vuestra presencia y compañía amorosas.

Me vuelvo a mis ocupaciones. Mi corazón queda contigo. En mi trabajo y en mis descansos me acordaré de Ti, y procuraré vivir con la dignidad que merece vuestra amistad divina.

Dadme vuestra bendición y concédeme todas las gracias, que necesito, para amaros y serviros con la mayor fidelidad.

Bendice, Señor, al Papa, vuestro Vicario en la tierra; líbrale de todos los enemigos de la Iglesia, ilumínale y santifícale para que confirme en la fe a todos nuestros hermanos. Dale sabiduría y asístelo para que logre que todos los fieles nos mantengamos en la fe de Cristo sin contaminación alguna y nos conservemos unidos a la Iglesia Católica por los vínculos de esa fe, así como también por la caridad en el obrar, para que, de este modo, todos alcancemos la salvación de nuestras almas.

Bendice a vuestra Iglesia Santa y haced que su luz brille en todas las naciones; que los paganos conozcan y adoren al único verdadero Dios y a su Hijo Jesucristo; que los herejes renieguen de sus yerros; que los seguidores de las falsas religiones se conviertan a la verdadera Iglesia y se integren a la única arca de salvación; que ellos y los pecadores tengamos arrepentimiento.

Bendice a vuestros sacerdotes, consérvalos fieles a las enseñanzas de la Iglesia, protégelos de las tentaciones, santifícalos y multiplícalos. Y danos, Señor, la sabiduría para discernir entre tus buenos ministros y los falsos pastores que son guías ciegos y lobos rapaces que buscan llevarnos al abismo.

Bendice y protege a nuestra nación.

Bendice a todos nuestros bienhechores y concédeles la bienaventuranza eterna.

Bendice a los que nos han ofendido y cólmalos de beneficios.

Bendice a todos nuestros familiares y haced que vivan todos en vuestra gracia y amistad y que un día nos reunamos en la Gloria.

Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el Purgatorio.

Da la salud a los enfermos. Convierte a todos los pecadores. Danos a todos vuestro divino amor, consérvanos íntegros en la fe y en la obediencia a tus mandamientos hasta el final de nuestra vida para poder alcanzar un día la luz esplendorosa de la Gloria, donde en unidad con el Padre y el Espíritu Santo te alabemos y bendigamos por los siglos de los siglos. Amén.

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