Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 122: Si pudieras elegir
Si pudieras elegir entre todas las riquezas del mundo o una relación íntima y amorosa con Jesús, ¿cuál elegirías? No responda eso demasiado rápido. Podemos saber que elegir a Jesús es la respuesta correcta, pero ¿lo elegirías a Él? Imagina el poder y la “libertad” mundana que disfrutarías si tuvieras una riqueza terrenal ilimitada. Y, sin embargo, la verdad es que toda la riqueza del mundo no puede producir ni un poco de felicidad. Puede hacer la vida más fácil en algunos aspectos, pero mucho más complicada y onerosa en otros. Muchos santos y santas han optado por una vida de completa pobreza porque descubrieron las riquezas que produce una relación auténtica y transformadora con Jesús y no querían que nada se interpusiera en su camino. Él ofrece esta riqueza a todos nosotros. Pero la mayoría no acepta. ¿Quieres? (Ver Diario #587)
¿Entiendes las riquezas que se te otorgan si eliges permitir que el abundante amor de Jesús inunde tu alma? ¿Crees que esta relación vale la pena abandonar todo lo demás para alcanzarla? ¿Es tu único deseo en la vida el amor ardiente de Jesús? Si es así, este amor te transformará por completo y el amor de esa relación fluirá de ti, afectando cada acción que hagas y cada otra relación que tengas. Elige a nuestro Señor como tu más íntimo amante y haz de Él el verdadero centro de tu vida.
Señor, soy consciente del hecho de que nunca podré captar completamente las profundidades de Tu perfecto amor por mí. No obstante, elijo este día tu amor y deseo hacer de Ti el centro de mi vida. Ven a llenar mi corazón con un amor tan ardiente que llegue a darme cuenta de que Tú eres todo lo que necesito en la vida. Porque al conocerte, mi Señor, llego a amarte a Ti y a todas tus criaturas. Jesús, en Ti confío.
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 122: Si pudieras elegir
Si pudieras elegir entre todas las riquezas del mundo o una relación íntima y amorosa con Jesús, ¿cuál elegirías? No responda eso demasiado rápido. Podemos saber que elegir a Jesús es la respuesta correcta, pero ¿lo elegirías a Él? Imagina el poder y la “libertad” mundana que disfrutarías si tuvieras una riqueza terrenal ilimitada. Y, sin embargo, la verdad es que toda la riqueza del mundo no puede producir ni un poco de felicidad. Puede hacer la vida más fácil en algunos aspectos, pero mucho más complicada y onerosa en otros. Muchos santos y santas han optado por una vida de completa pobreza porque descubrieron las riquezas que produce una relación auténtica y transformadora con Jesús y no querían que nada se interpusiera en su camino. Él ofrece esta riqueza a todos nosotros. Pero la mayoría no acepta. ¿Quieres? (Ver Diario #587)
¿Entiendes las riquezas que se te otorgan si eliges permitir que el abundante amor de Jesús inunde tu alma? ¿Crees que esta relación vale la pena abandonar todo lo demás para alcanzarla? ¿Es tu único deseo en la vida el amor ardiente de Jesús? Si es así, este amor te transformará por completo y el amor de esa relación fluirá de ti, afectando cada acción que hagas y cada otra relación que tengas. Elige a nuestro Señor como tu más íntimo amante y haz de Él el verdadero centro de tu vida.
Señor, soy consciente del hecho de que nunca podré captar completamente las profundidades de Tu perfecto amor por mí. No obstante, elijo este día tu amor y deseo hacer de Ti el centro de mi vida. Ven a llenar mi corazón con un amor tan ardiente que llegue a darme cuenta de que Tú eres todo lo que necesito en la vida. Porque al conocerte, mi Señor, llego a amarte a Ti y a todas tus criaturas. Jesús, en Ti confío.
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