Invocamos al Hijo no solamente como Dios, sino también como Hombre - Dios ... como REDENTOR.
El Hijo de Dios vino a librarnos de la esclavitud del pecado. El es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Con su Pasión y Muerte nos mereció el perdón y ahora por medio de la gracia obtenemos mucho más de lo que habíamos perdido. ¡Divino Redentor! ... ¡Amado Redentor! Líbranos de la esclavitud de nuestras culpas actuales.
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