¡Mi vida católica!
siendo resuelto
30 de mayo de 2022
Lunes de la Séptima semana de Pascua
Lecturas para hoy
“Ahora nos damos cuenta de que lo sabes todo y que no necesitas que nadie te cuestione. Por eso creemos que has venido de Dios”. Jesús les respondió: “¿Creéis ahora? He aquí que viene y ha llegado la hora en que cada uno de vosotros seréis esparcidos por vuestra casa y me dejaréis solo. Juan 16:30–32
¿Has llegado a creer en Jesús? ¿Qué tan profunda es esa fe? ¿Y por qué crees? ¿Estás listo y dispuesto a aferrarte a esa fe sin importar lo que se te presente? ¿Estás listo para seguirlo aunque sea difícil e impopular? ¿Estás listo para sufrir como resultado de tu fe? Estas son preguntas importantes. Son preguntas que debemos responder tanto cuando es fácil ser cristiano como cuando es difícil.
Es fácil ser cristiano y seguir a Jesús cuando todos los demás lo hacen. Por ejemplo, en un bautizo o una boda es normal querer pertenecer y hacer saber a los demás nuestro apoyo y confianza en lo que están haciendo. Pero, ¿qué pasa con esos momentos en los que se ridiculiza o menosprecia su fe? ¿O cuando tienes que tomar la difícil decisión de alejarte de las presiones culturales y sobresalir por tu fe? Estos son tiempos más desafiantes para ser un seguidor de Cristo.
En el evangelio de hoy había muchos que habían estado analizando la enseñanza de Jesús, escuchándolo y hablando de Él. Parece claro que el consenso fue que Jesús fue un hombre de santidad y un gran profeta. Muchos incluso estaban llegando a creer que Él era el Mesías. Así que hubo una especie de impulso positivo presente que facilitó que muchas personas dijeran que creían en Él y que creían que venía de Dios.
Jesús rápidamente les señala que, aunque creen ahora, habrá un tiempo que llegará pronto cuando la mayoría de todos lo abandonarán, cuando se dispersen y lo dejarán solo. Esta es obviamente una profecía de Su próxima persecución y Crucifixión.
Una de las mayores pruebas de nuestra fe es ver cuán fieles somos cuando seguir a Cristo no es tan popular. Es en estos momentos, más que en los momentos fáciles, que tenemos la oportunidad de manifestar nuestra fe y profundizar nuestra determinación de ser cristianos.
Reflexiona hoy sobre cuán profundo es tu compromiso con Cristo. ¿Estás listo para seguirlo hasta la cruz? ¿Estás dispuesto a renunciar a todo para seguirlo? Esperemos que la respuesta sea un sí definitivo. Debe ser un “Sí” que dirija nuestra vida sin importar la situación de vida en la que nos encontremos.
Señor, yo creo. Ayúdame a dejar que esa fe en Ti se mantenga fuerte en todo momento. Ayúdame a decirte sí ya vivir ese sí siempre. Jesús, en Ti confío.
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