Hay innumerables oportunidades a nuestro alrededor para compartir la Misericordia de Dios con los necesitados. Pero es demasiado fácil perder estas oportunidades para hacerlo. Una de las principales formas en que nos permitimos convertirnos en instrumentos de la Divina Misericordia es procurando estar continuamente atentos a las muchas inspiraciones interiores que nos envía el Espíritu Santo. No se trata tanto de buscar estas oportunidades nosotros mismos; más bien, se trata de volvernos tan conscientes de las obras de Dios, que permitimos que el Espíritu Santo nos inspire aquí y allá, llevándonos a las muchas oportunidades de actuar como un instrumento de la Misericordia de Dios (Ver Diario #756) .
¿Estáis atentos a las inspiraciones interiores que os envía el Espíritu Santo? Estas inspiraciones suelen ser sutiles y bastante suaves. Pero si puedes aprender a discernirlas, Dios te usará para una abundancia de buenas obras. Reflexiona hoy sobre tu hábito de buscar Su voz. Permítete sentirte atraído por Sus gentiles indicaciones y responde con un corazón generoso.
Señor, me dirijo a Ti y busco Tu voz suave pero clara. Mientras te escucho hablar, dame la fuerza para seguir Tus mandatos para abrazar Tu santa Voluntad y convertirme en un instrumento de Tu Divina Misericordia en nuestro mundo. Jesús, en Ti confío.
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