Papa Francisco: La puerta del corazón debe estar siempre abierta para incluir, incluso, a las personas que más nos molestan
"La misericordia y el perdón no son sólo palabras bonitas, sino que estos son signos visibles de que la fe transforma nuestros corazones". Así lo afirmó el Papa Francisco en su hermoso mensaje difundido a todos los peregrinos que se congregaron en la plaza de San Pedro, en su cotidiana Audiencia General semanal, para escuchar sus palabras de esperanzas
Reflexionando sobre la apertura de la Puerta Santa de la Misericordia, que ha tenido lugar en las iglesias y catedrales de todo el mundo, así como aquí en Roma esta semana, el Papa Francisco dijo él que quería que el Jubileo fuese una experiencia compartida por todas las personas.
Destacando que la primera puerta fue abierta en el corazón de África, durante su visita a la República Centroafricana, el Papa dijo que Roma es el símbolo visible de ese misterio de la comunión entre lo universal y de cada Iglesia local. A continuación sus palabras:
No debemos cansarnos de amar y perdonar
De tal modo, la misericordia y el perdón no son sólo palabras bonitas, sino que estos son signos visibles de que la fe transforma nuestros corazones.
En nuestra vida cotidiana nunca debemos cansarnos de amar y perdonar a los demás como Dios nos ama y nos perdona.
Jesús, nos dijo: "Yo soy la puerta: el que entre a través de mí, será salvado". El paso por la Puerta Santa entonces, es un signo de nuestra confianza en el Señor, que no vino para juzgar, sino para salvarnos.
Asegúrate de que nadie te pida que pagues por atravesar esa puerta, porque ¡tú no pagas por la salvación y Jesús es gratis!
La puerta del corazón siempre debe estar abierta
El pasar a través de la Puerta Santa, es un signo de nuestra conversión del corazón y en la medida que la atravesamos, también debemos recordar en mantener abierta la puerta de nuestro corazón de par en par.
Del mismo modo que permanece abierta, como un signo de la acogida que Dios reserva para cada uno de nosotros, así mismo la puerta de nuestros corazones debe estar siempre abierta para incluir, incluso, a las personas que más nos molestan.
La importancia del Sacramento de la reconciliación
El Sacramento de la Confesión es un signo importante del Jubileo de la Misericordia, y a través de este podemos experimentar directamente la misericordia y el perdón de Dios.
A través de la confesión nos encontramos con Dios Padre que entiende nuestras limitaciones y nuestras contradicciones.
Cuando confesamos nuestros pecados Jesús se regocija y se acerca a nosotros, instándonos a proseguir sin desaliento.
¡No es fácil perdonar!... Con qué frecuencia, la gente dice: "Padre, no puedo perdonar a mi vecino, a mi colega, a mi suegra, o a mi cuñada".
No es fácil perdonar a través de nuestra propia fuerza, pero si abrimos nuestro corazón para darle la bienvenida a la misericordia de Dios, entonces, a su vez, somos capaces de perdonar a los demás.
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