domingo, 11 de julio de 2021

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Confiando en la Providencia
11 de julio de 2021
Decimoquinto domingo del tiempo ordinario (año 😎
Lecturas de hoy

Les indicó que no llevaran nada para el viaje, excepto un bastón, sin comida, sin saco, sin dinero en el cinturón. San Marcos 6: 8

¿A Dios le importan los detalles más pequeños de tu vida? ¿Le importa que recibas comida y vivienda adecuadas? ¿Le importa tu apoyo emocional, material y espiritual adecuado? ¡Ciertamente lo hace!

A veces puede suceder que no nos demos cuenta de cuán completamente Dios se preocupa por nosotros. Podemos caer en la trampa de dejarnos consumir por el miedo y la ansiedad de las preocupaciones diarias. Podemos preocuparnos de no tener suficiente para mañana o incluso para hoy. Esta preocupación puede preocuparnos con respecto a todas las partes de nuestra vida: relaciones, emociones, necesidades materiales, fuerza espiritual, etc.

Lo que necesitamos saber, con total certeza, es que Dios está atento a cada detalle de nuestra vida. Él lo sabe todo y nos ama de una manera tan completa que nunca nos abandonará. Él nunca permitirá que estemos sin esas cosas que necesitamos para vivir una vida plena y fructífera.

¿Crees eso? A veces puede resultar difícil de creer. A veces podemos sentirnos abrumados y creer que debemos ocuparnos de todo nosotros mismos. Es cierto que estamos llamados a ofrecer toda nuestra energía y talento a Dios para que Él pueda usarnos y trabajar a través de nosotros. Pero nunca debemos olvidar que Dios es, en última instancia, quien nos cuida y es el que está más atento a todas nuestras necesidades.

Reflexiona, hoy, sobre el nivel de abandono que tienes a la divina providencia. Haga esta oración a continuación y reflexione sobre cuán completamente puede hacerla suya. ¡Jesús, en Ti confío!

Oración de abandono

Padre, me entrego a tus manos; haz conmigo lo que quieras. Hagas lo que hagas, te doy las gracias: estoy listo para todo, acepto todo.

Que solo se haga tu voluntad en mí y en todas tus criaturas; no deseo más que esto, oh Señor.

En tus manos encomiendo mi alma: te la ofrezco con todo el amor de mi corazón, porque te amo, Señor, y por eso necesito entregarme, entregarme en tus manos sin reservas y con una confianza ilimitada, por Eres mi padre.




No hay comentarios. :

Publicar un comentario