¡Mi vida católica!
Confiando en la Providencia
11 de julio de 2021
Decimoquinto domingo del tiempo ordinario (año
Lecturas de hoy
Les indicó que no llevaran nada para el viaje, excepto un bastón, sin comida, sin saco, sin dinero en el cinturón. San Marcos 6: 8
¿A Dios le importan los detalles más pequeños de tu vida? ¿Le importa que recibas comida y vivienda adecuadas? ¿Le importa tu apoyo emocional, material y espiritual adecuado? ¡Ciertamente lo hace!
A veces puede suceder que no nos demos cuenta de cuán completamente Dios se preocupa por nosotros. Podemos caer en la trampa de dejarnos consumir por el miedo y la ansiedad de las preocupaciones diarias. Podemos preocuparnos de no tener suficiente para mañana o incluso para hoy. Esta preocupación puede preocuparnos con respecto a todas las partes de nuestra vida: relaciones, emociones, necesidades materiales, fuerza espiritual, etc.
Lo que necesitamos saber, con total certeza, es que Dios está atento a cada detalle de nuestra vida. Él lo sabe todo y nos ama de una manera tan completa que nunca nos abandonará. Él nunca permitirá que estemos sin esas cosas que necesitamos para vivir una vida plena y fructífera.
¿Crees eso? A veces puede resultar difícil de creer. A veces podemos sentirnos abrumados y creer que debemos ocuparnos de todo nosotros mismos. Es cierto que estamos llamados a ofrecer toda nuestra energía y talento a Dios para que Él pueda usarnos y trabajar a través de nosotros. Pero nunca debemos olvidar que Dios es, en última instancia, quien nos cuida y es el que está más atento a todas nuestras necesidades.
Reflexiona, hoy, sobre el nivel de abandono que tienes a la divina providencia. Haga esta oración a continuación y reflexione sobre cuán completamente puede hacerla suya. ¡Jesús, en Ti confío!
Oración de abandono
Padre, me entrego a tus manos; haz conmigo lo que quieras. Hagas lo que hagas, te doy las gracias: estoy listo para todo, acepto todo.
Que solo se haga tu voluntad en mí y en todas tus criaturas; no deseo más que esto, oh Señor.
En tus manos encomiendo mi alma: te la ofrezco con todo el amor de mi corazón, porque te amo, Señor, y por eso necesito entregarme, entregarme en tus manos sin reservas y con una confianza ilimitada, por Eres mi padre.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario