PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
De la primera carta de san Pablo a los Corintios: «El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu» (1 Cor 12,11-13).
Pensamiento franciscano:
San Francisco escribió en su Carta a todos los fieles: «Los que han recibido la potestad de juzgar a los otros, ejerzan el juicio con misericordia, como ellos mismos quieren obtener del Señor misericordia. Pues habrá un juicio sin misericordia para aquellos que no hayan hecho misericordia. Así pues, tengamos caridad y humildad» (2CtaF 28-30).
Orar con la Iglesia:
A Dios Padre, que nos llama a formar un solo cuerpo y un solo espíritu, dirijamos nuestra oración:
-Para que la Iglesia sea cada vez más misionera y anuncie a los paganos de nuestro tiempo el Evangelio de la salvación.
-Para que conceda el espíritu del buen samaritano a los que se consagran al servicio de los marginados de la Iglesia y de la sociedad.
-Para que todos los creyentes en Cristo tengamos una actitud de diálogo abierto con las personas que encontremos en el camino de la vida.
-Para que aprendamos a perdonar para ser perdonados y seamos en toda ocasión constructores de reconciliación y de paz.
-Para que la familiaridad con Cristo nos llene de gozo, y sepamos comunicarlo a los demás.
Oración: Acoge, Padre, la humilde expresión de nuestra fe, y robustece la esperanza de quienes queremos vivir en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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