Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina
Reflexión 211: Cerca de la Madre de Dios
El amor de una madre podría describirse como "feroz" en el sentido de que voluntariamente daría su vida por la protección de sus hijos. Un instinto maternal se activa cuando su hijo está en peligro, sufriendo o en necesidad, y ella pierde todo sentido de su propio bienestar en favor de la protección de su hijo. Así sucede con la Madre de Dios. Eres su hijo por gracia y por la Voluntad de Jesús su Hijo. Como resultado, ella te mantiene cerca de su corazón en momentos de necesidad y te protege con su manto de protección. Este amor maternal se ofrece incluso cuando no estás en peligro como resultado de su inquebrantable cuidado maternal. Ella es una defensora de ti como ninguna otra. Y ella no es solo tu madre; ella también es la Madre de Dios. Y como Madre de Dios, obtiene gracias especiales para todos sus hijos de su Divino Hijo. Él responde a todas las solicitudes que ella hace en tu nombre y nunca te abandonará. Mantente cerca de ella, acurrucado en sus brazos de Misericordia (VerDiario # 1097).
¿Te has consagrado al amor, cuidado y protección de la Madre de Dios? ¿Si no, porque no? ¿Que estas esperando? ¿Te confunde por qué deberías confiar en su cuidado materno? Dios se dignó a crear una familia espiritual de amor y le confió a Su madre tu cuidado. El cuidado maternal es fundamental para el orden natural del diseño de Dios para la humanidad. Por lo tanto, es lógico concluir que también es parte de Su plan sobrenatural para la humanidad. Acude a ella como tu madre espiritual y confía en que el Señor desea derramar una abundancia de Misericordia sobre ti a través de su mediación.
Querida Madre, te amo y me encomiendo a tu cuidado e intercesión maternal. Creo que eres mi madre en el orden de la gracia y que estás "llena de gracia". Derrama sobre mí la misericordia maternal en tu corazón mientras pongo mi confianza en ti. Madre querida, me consagro a ti. Por favor reza por mi. Jesús, en Ti confío.
365 días con santa Faustina
Reflexión 211: Cerca de la Madre de Dios
El amor de una madre podría describirse como "feroz" en el sentido de que voluntariamente daría su vida por la protección de sus hijos. Un instinto maternal se activa cuando su hijo está en peligro, sufriendo o en necesidad, y ella pierde todo sentido de su propio bienestar en favor de la protección de su hijo. Así sucede con la Madre de Dios. Eres su hijo por gracia y por la Voluntad de Jesús su Hijo. Como resultado, ella te mantiene cerca de su corazón en momentos de necesidad y te protege con su manto de protección. Este amor maternal se ofrece incluso cuando no estás en peligro como resultado de su inquebrantable cuidado maternal. Ella es una defensora de ti como ninguna otra. Y ella no es solo tu madre; ella también es la Madre de Dios. Y como Madre de Dios, obtiene gracias especiales para todos sus hijos de su Divino Hijo. Él responde a todas las solicitudes que ella hace en tu nombre y nunca te abandonará. Mantente cerca de ella, acurrucado en sus brazos de Misericordia (VerDiario # 1097).
¿Te has consagrado al amor, cuidado y protección de la Madre de Dios? ¿Si no, porque no? ¿Que estas esperando? ¿Te confunde por qué deberías confiar en su cuidado materno? Dios se dignó a crear una familia espiritual de amor y le confió a Su madre tu cuidado. El cuidado maternal es fundamental para el orden natural del diseño de Dios para la humanidad. Por lo tanto, es lógico concluir que también es parte de Su plan sobrenatural para la humanidad. Acude a ella como tu madre espiritual y confía en que el Señor desea derramar una abundancia de Misericordia sobre ti a través de su mediación.
Querida Madre, te amo y me encomiendo a tu cuidado e intercesión maternal. Creo que eres mi madre en el orden de la gracia y que estás "llena de gracia". Derrama sobre mí la misericordia maternal en tu corazón mientras pongo mi confianza en ti. Madre querida, me consagro a ti. Por favor reza por mi. Jesús, en Ti confío.
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