Publicado el 23 de julio de 2021 a las 10:00 p.m.PDT
SANTA CRISTINA,
Virgen y Mártir
n. siglo III probablemente en Roma;
† hacia el año 250 cerca del Lago Bolsena (Toscana), Italia
Patrona de los arqueros, marineros y molineros.
Todos buscan sus propios intereses
y no los de Jesucristo.
(Filipenses 2, 21)
- En Tiro de Toscana, junto al lago Bolsena, santa Cristina, Virgen y Mártir, la cual, creyendo en Cristo, hizo pedazos los ídolos de oro y plata de su padre, y distribuyó su valor entre los pobres; por lo cual, de orden de su mismo padre, fue despedazada a azotes, atormentada con otros cruelísimos suplicios y echada con una gran piedra en un lago, de donde la sacó un Ángel. Más tarde, en tiempo de otro Juez, sucesor de su padre, sufrió con gran constancia más duros tormentos; por fin, siendo Presidente Juliano, arrojada en un horno encendido, donde permaneció ilesa durante cinco días, y superadas por virtud divina las mordeduras de las serpientes, cortada la lengua y asaeteada, terminó el curso de su martirio.
- En Roma, en la vía Tiburtina, san Vicente, Mártir.
- En Amiterno de los Vestinos, el martirio de ochenta y tres santos soldados.
- En Mérida de España, san Víctor, militar, que, en la persecución de Diocleciano, juntamente con dos hermanos suyos, Estercacio y Antinógenes, con diversos suplicios consumó el martirio.
- Igualmente, los santos Mártires Meneo y Capitón.
- En Licia, las santas Mártires Niceta y Aquilina, las cuales, convertidas a Cristo por la predicación de san Cristóbal Mártir, y cortada la cabeza, recibieron la corona del martirio.
- En Sens, san Ursicino, Obispo y Confesor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
Gracias a Dios.
SANTA CRISTINA,
Virgen y Mártir
Santa Cristina demostró ya a la edad de doce años cuán a pecho tomaba los intereses de Jesucristo. Rompió los ídolos de su padre sin preocuparse por los castigos a que la exponía este acto de celo. Su padre la hizo azotar y abofetear brutalmente por sus sirvientes. Fue arrojada en una hoguera y salió de ella sana y salva; se le cortó la lengua, y siguió alabando a Dios. Murió finalmente, atravesada con flechas. Sus reliquias son veneradas en Palermo de Sicilia.
MEDITACIÓN
TODOS BUSCAN SUS INTERESES
I. Cada cual procura sus intereses. El avaro busca las riquezas; el voluptuoso, los placeres; el soberbio, los honores. Saca de esta verdad dos conclusiones: la primera, que no hay que contar con la abnegación de los hombres, sino que hay que confiar en la bondad de Dios; la segunda, que debes deplorar la ceguera del mundo que se adhiere enteramente a bienes pasajeros, mientras descuida los bienes eternos. Que la gloria de Dios sea el fin de todas tus acciones y no tu gloria propia o tu placer.
II. Muy pocas personas hay que busquen la gloria de Jesucristo; hasta es lo más frecuente que los que parecen consagrados a los intereses de Dios, busquen todavía su propia gloria o algún interés temporal. ¿Cuál es el fin que persigues en todo lo que emprendes? En vano pretenderás trabajar por Dios: tu conducta y tus acciones desmienten tus palabras. ¿Puede acaso la lengua negar lo que hace la mano y la palabra destruir lo que ejecutan los actos? (Tertuliano).
III. El mejor medio que hay para procurar tus intereses y trabajar para ti mismo es servir a Dios, porque es el medio que tienes para poner orden en tu negocio más grande, que es la salvación de tu alma. Dios mío, ¡cuán bueno sois! Nada puedo hacer por ti sin trabajar para mí. Y, a la vez, ¡cuán culpable soy para querer más perderme ofendiéndoos que salvarme sirviéndoos! Dios puede ser feliz sin mí, sin Él yo no puedo ser sino desgraciado. Dios no tiene necesidad de tenernos por servidores, y nosotros tenemos necesidad de tenerlo por Señor (San Agustín).
El cuidado de la salvación.
Orad por los enemigos de la Iglesia.
ORACIÓN
Que la bienaventurada Cristina, virgen y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, Señor, ella que siempre os fue agradable por el mérito de su castidad y por la valentía en confesar vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.
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