martes, 27 de abril de 2021

Reflexión 117: El recinto de tu corazón

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 117: El recinto de tu corazón



Algunas religiosas y monjes viven una vida enclaustrada dentro de los confines de un recinto. Nadie puede entrar a ese recinto sin una buena razón, a menos que sea miembro de esa comunidad de fe. Otros pueden ingresar solo con el permiso del superior. Puede ser que una hermana esté gravemente enferma y necesite el Sacramento de la Unción, o puede ser que un trabajador deba entrar para una reparación necesaria. La imagen de un recinto es análoga a nuestra alma. Debemos darle la llave a Jesús y permitirle que la guarde. Solo permitirá que entren los que pertenecen (Ver Diario # 554).

¿Qué es lo que dejas entrar en tu alma? ¿Permites que el Señor te guarde y gobierne tus pensamientos internos y tu corazón? Con demasiada frecuencia permitimos que entren muchas cosas mundanas. Abrimos de par en par la puerta a las tentaciones del pecado y la inmundicia. Dale la llave de tu alma a nuestro Señor. Él te protegerá y te mantendrá a salvo. Él dará la bienvenida a todos aquellos con quienes Él desea que vivas y abrirá la puerta a aquellos que vengan a sanar y restaurar. Pero Él protegerá diligentemente este espacio sagrado de tu alma de lo que no pertenece, si se lo permites.

Señor, te doy la única llave de mi alma. Te escojo como mi guardián este día. Permíteme estar en comunión, libremente, con aquellos a quienes has invitado a mi vida y puesto delante de mí. Ayúdame a amarlos y a servirlos con todo mi corazón. Al darte esta llave, te agradezco que me protegerás. Que pueda confiar en Ti y no buscar nunca acoger lo que te desagrada y lo que no recibes. Jesús, en Ti confío.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario