PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros no os dejéis llamar rabbí (maestro), porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías» (Mt 23,8-10).
Pensamiento franciscano:
Santa Clara dice sobre la admisión en su Orden: «Si alguna por inspiración divina viniera a nosotras queriendo tomar esta vida, la abadesa esté obligada a pedir el consentimiento de todas las hermanas; y si la mayor parte da su consentimiento, obtenida la licencia del señor cardenal protector nuestro, podrá recibirla. Y si ve que debe ser recibida, examínela diligentemente o haga que sea examinada de la fe católica y de los sacramentos de la Iglesia. Y si cree todo esto y quiere confesarlo fielmente y guardarlo firmemente hasta el fin, ... expóngasele diligentemente el tenor de nuestra vida» (RCl 2,1-4.7).
Orar con la Iglesia:
Jesucristo es el pan vivo bajado del cielo e intercede por nosotros ante el Padre, a quien oramos llenos de amor y confianza.
-Por la Iglesia: para que sus miembros demos en todo momento y circunstancia testimonio de su fe.
-Por los ministros de la Iglesia: para que sean colmados de la sabiduría y de la gracia del Espíritu Santo.
-Por los predicadores y los catequistas: para que no desfallezcan ante las dificultades y permanezcan firmes en el anuncio del Evangelio a toda criatura.
-Por los que ponen en práctica las obras de misericordia: para que el Señor los conforte y dé eficacia a sus esfuerzos.
Oración: Concédenos, Padre santo, descubrir y valorar cada día más el don de tu Hijo en la Eucaristía, fuente de luz y amor para todo apostolado. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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