martes, 27 de abril de 2021

Aprendiendo el idioma de Dios 27 de abril de 2021 Martes de la IV Semana de Pascua

 



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Aprendiendo el idioma de Dios
27 de abril de 2021
Martes de la IV Semana de Pascua
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Jesús caminó por el área del templo en el Pórtico de Salomón. Entonces los judíos se reunieron a su alrededor y le dijeron: “¿Hasta cuándo nos vas a mantener en suspenso? Si eres el Cristo, dínoslo claramente ". Jesús les respondió: "Os lo dije y no creéis". Juan 10: 24-25

¿Por qué estas personas no sabían que Jesús era el Cristo? Querían que Jesús les hablara “claramente”, pero Jesús los sorprende al decirles que Él ya respondió a su pregunta pero ellos “no creen”. Este pasaje del Evangelio continúa la hermosa enseñanza acerca de que Jesús es el Buen Pastor. Es interesante que estas personas quieran que Jesús hable claramente sobre si Él es el Cristo o no, pero en cambio, Jesús habla claramente sobre el hecho de que no creen en Él porque no están escuchando. Han pasado por alto lo que Él ha dicho y quedan confusos.

Una cosa que esto nos dice es que Dios nos habla a su manera, no necesariamente de la manera que nos gustaría que hablara. Habla un lenguaje místico, profundo, dulce y oculto. Revela Sus misterios más profundos solo a aquellos que han venido a aprender Su idioma. Pero para aquellos que no entienden el lenguaje de Dios, se instala la confusión.

Si alguna vez te encuentras confundido en la vida, o confundido acerca del plan que Dios tiene para ti, entonces quizás sea el momento de examinar con qué atención escuchas la forma en que Dios habla. Podríamos rogarle a Dios, día y noche, que nos “hable claramente”, pero Él solo hablará de la manera que siempre ha hablado. ¿Y cuál es ese idioma? En el nivel más profundo, es el lenguaje de la oración infundida.

La oración, por supuesto, es diferente a solo decir oraciones. La oración es, en última instancia, una relación de amor con Dios. Es una comunicación al nivel más profundo. La oración es un acto de Dios dentro de nuestra alma por el cual Dios nos invita a creer en Él, a seguirlo y a amarlo. Esta invitación se nos ofrece continuamente, pero con demasiada frecuencia no la escuchamos porque no oramos de verdad.

Gran parte del Evangelio de Juan, incluido el Capítulo Diez del que estamos leyendo hoy, habla de manera mística. No es posible simplemente leerlo como una novela y comprender todo lo que Jesús dice con una sola lectura. La enseñanza de Jesús debe ser escuchada en su alma, con oración, meditada y escuchada. Este enfoque abrirá los oídos de su corazón a la certeza de la voz de Dios.

Reflexione hoy sobre las misteriosas formas en que Dios se comunica con usted. Si no comprende cómo habla, ese es un buen punto de partida. Dedique tiempo a este Evangelio, meditándolo en oración. Medita en las palabras de Jesús, escucha su voz. Aprenda Su idioma a través de la oración silenciosa y permita que Sus santas palabras lo atraigan hacia Él.

Mi misterioso y oculto Señor, me hablas día y noche y continuamente me revelas Tu amor. Ayúdame a aprender a escucharte para que pueda profundizar en la fe y llegar a ser verdaderamente Tu seguidor en todos los sentidos. Jesús, en Ti confío.



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