ublicado: 17 feb 2020 07:00 PM PST
SAN SIMEÓN
Obispo y Mártir
† crucificado hacia el año 106
La cruz de Jesucristo es la puerta del paraíso.
(San Juan Crisóstomo)
- En Jerusalén, el triunfo de san Simeón , Obispo y Mártir, de quien es tradición fue hijo de Cleofás, y pariente del Salvador, según la carne. Ordenado Obispo de Jerusalén después de Santiago, el llamado hermano del Señor, y sufridos, en la persecución de Trajano, muchos tormentos, consumó el martirio, admirándose todos los presentes, y hasta el mismo Juez, de ver un anciano de ciento veinte años sufrir con tanta fortaleza y constancia el suplicio de la cruz.
- En Ostia del Tíber, los santos Mártires Máximo y Claudio , hermanos, y Prepedigna , mujer de Claudio, con dos hijos, Alejandro y Cucia , todos de muy esclarecido linaje; los cuales, por orden de Diocleciano, fueron presos y desterrados, y, por fin, quemados en la hoguera, ofrecieron a Dios, en suave olor, el sacrificio del martirio. Sus reliquias, arrojadas al río y buscadas con suma diligencia por los cristianos, recibieron sepultura junto a la misma ciudad.
- En África, los santos Mártires Lucio, Silvano, Rútulo, Clásico, Secundino, Frúctulo y Máximo .
- En Constantinopla, san Flaviano , Obispo, que, por defender la fe católica en Éfeso, fue herido a puñadas y coces por la facción del impío Dióscoro, y, arrojado al destierro, a los tres días posteriores en la misma vida.
- En Toledo de España, san Eladio , Obispo y Confesor, a quien san Ildefonso, Obispo Toledano, celebra con muchas alabanzas.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN SIMEÓN
Obispo y Mártir
Este santo, que era el pariente de Jesucristo según la carne, y que tuvo el honor de morir en una cruz como Él, nos enseña que las cruces son los favores conque Jesús honra a los que ama. Sucedió el santo a Santiago como obispo de Jerusalén, y después de haber dado admirables pruebas de su celo por la salvación de las almas, rubricó su paciencia padeciendo el suplicio de la cruz.
MEDITACIÓN
I. Nos atraemos cruces y aflicciones por nuestra imprudencia o por nuestros pecados; debemos soportar con paciencia esas aflicciones, puesto que nosotros somos su causa. Entra en ti mismo cuando estés afligido: pregúntale a tu alma por qué está triste, ya menudo encontrarás tus cruces sin hijo sino castigo de tu orgullo y de tu avaricia, o de algún otro pecado. Acúsate entonces a ti mismo por tus sufrimientos; cesa de ser pecador y cesarás de ser desgraciado. En todas tus penas pregúntale a tu alma; interrógala: ¿No te sucede esto sino porque ha abandonado al Señor tu Dios? (San Jerónimo).
II A veces soportamos cruces que no hemos merecido; nos asemejamos entonces al santo varón Job. Si tus enemigos te calumnian, si tus amigos te traicionan, si la pobreza, la enfermedad o la deshonra te hacen gemir y pasar la vida en la tristeza, agradece a Dios de que te haya hecho partícipe de sus sufrimientos y de su cruz. ¿De qué te quejas, si te trata como trató a sus mejores amigos, como su padre Eterno lo trató a Él mismo? Sufre con Jesús y como Jesús.
III. Los santos no esperan los sufrimientos; los piden y los buscan, corren a ellos como el avaro a su tesoro; ¡Y tú, por lo contrario, los huyes! No te engañes, nunca entrarás en el cielo sin la cruz; porque la cruz de Jesucristo es la puerta del paraíso (San Juan Crisóstomo).
El amor a la cruz.
Orad por los afligidos.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, mirad nuestra debilidad, ved cuán agobiados estamos bajo el peso de nuestros pecados, y fortificadnos por la intercesión de San Simeón, vuestro pontífice mártir. Por JCNS
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, SJ, Tomo I; Índice de los Santos Patronos.
Visto en Tradición Católica
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