lunes, 17 de febrero de 2020

Cuídense de la levadura de los fariseos


Templo de San Francisco - Celaya, Gto.



Cuídense de la levadura de los fariseos
Martes 18 de febrero
¡Paz y Bien!
Evangelio
Marcos 8, 14-21
En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: "Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes". Entonces ellos comentaban entre sí: "Es que no tenemos panes". 

Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: "¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?" Ellos le contestaron: "Doce". Y añadió: "¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?" Le respondieron: "Siete". Entonces él dijo: "¿Y todavía no acaban de comprender?".
Palabra del Señor

Reflexión

Al parecer muchas veces nosotros tampoco hemos entendido que lo importante no está en la superficie. Jesús piensa en las dificultades que sus discípulos podían tener en el trato con aquellos que no entienden el mensaje del Evangelio y, por el contrario, van buscando obstaculizarlo, mientras los discípulos están preocupados por un poco de pan. 

Es necesario que aprendamos a ver y apreciar lo que en realidad es importante. Esto es aplicable a todas nuestras situaciones de la vida y es, de hecho, la causa de muchos de nuestros problemas, el no saber distinguir en nuestra vida profesional, familiar, social, política o religiosa lo que es verdaderamente importante. La causa de este desorden es la falta de luz en nuestro corazón, que nos hace ver las cosas de una manera muchas veces equivocada y darle peso a lo que no lo tiene y viceversa. 

Nuestra oración cotidiana es la fuente para que la luz de Dios ilumine siempre nuestro corazón y sepamos valorar rectamente todos los aspectos de nuestra vida. En ello está gran parte de nuestra felicidad y de la de los demás. No dejes tu oración, y el Espíritu conducirá tu vida y te hará reconocer lo que es verdaderamente importante y esencial en tu vida y lo que es superfluo e intrascendente.
¡Feliz Martes!

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