viernes, 8 de marzo de 2019

MES DE SAN JOSE: PREPARACIÓN PARA CONSAGRARSE A ÉL COMO ESCLAVO. DÍA OCHO

san jose
La verdadera devoción a San José consiste esencialmente en la confianza ilimitada en la intercesión de este Santo Varón, en la imitación de sus virtudes y en el amor filial que se le profese. Ser su devoto quiere decir tratar de amar al Padre Celestial como él lo hizo; y poner la vida, los bienes y todos los actos del día bajo su paternal patrocinio.
Los que quieran ser fieles devotos del Padre Protector de la Iglesia, y verdaderos servidores de su culto, deben consagrarse a él como sus esclavos. Pero como se ama lo que se conoce, es fundamental para esta alianza admirarse con su vida a través del Catecismo de San José, incluido en esta preparación.
La esclavitud del santo exige una fórmula que será publicada el día 31 de marzo, y que indica la dedicación de la vida entera al servicio de su piedad. Significa alabar al benditísimo Patriarca desde que aparece la primera luz del día hasta que se va al lecho, para lo cual, también el último día de este mes, entregaremos una pequeño Devocionario Josefino con las oraciones del cristiano al amparo de San José.
Quienes deseen manifestarse como verdaderos devotos del Castísimo Esposo de Nuestra Santa Madre, deben luchar por ser almas de oración que frecuenten los sacramentos, amantes del silencio, la pureza, modestia y humildad, tener una encendida caridad y una vida que se realice en la laboriosidad y el ocultamiento. Y para alcanzar tan altas aspiraciones, es que a él recurriremos diciendo cada día en el Acordaos: “que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo”.

DÍA OCHO

ACTO DE CONTRICIÓN
¡Oh, Dios Omnipotente!, arrepentido por las muchas culpas que he cometido contra vuestra divina majestad, vengo a solicitar de vuestra misericordia infinita generoso perdón. Por la valiosa intercesión del Santísimo Patriarca Señor San José os suplico humildemente que me concedáis nuevas gracias para serviros y amaros, a fin de que después de haber combatido denodadamente en esta vida, tenga la dicha de alcanzar el galardón eterno a la hora de la muerte. Así sea.
CATECISMO DE SAN JOSÉ
11. ¿Cuál fue la juventud de san José?

Aunque la sagrada escritura nada nos dice de la juventud de San José, nos es fácil, sin embargo, formarnos una idea de la vida de este santo Patriarca, durante sus mas bellos años. Basta para esto considerar las expresiones de que se sirve el Espíritu Santo, respecto de san José, y la misión que le ha sido confiada desde el cielo.
Y en efecto, el título por excelencia que la escritura de san José es el de Justo; y si, como observa san Basilio, la justicia es la reunión de todas las virtudes, se debe concluir que la juventud de San José fue la de un Santo. 
Fue escogido de entre mil para servir de cooperador al gran misterio del amor de Dios, por ser el custodio del sagrado depósito de un Dios encarnado, y guarda de la santa virginidad de María, ¿cómo se puede dudar un solo momento de su fe viva, de su gran piedad, de su ardiente caridad durante su juventud?
Según refiere el venerable Beda, San José había hecho voto de castidad perpetua. Nos confirma en esa opinión al parecer de san Gerónimo, que afirma que el Santo Patriarca no fue nunca casado antes que fuera el esposo de la virgen María.
Aquí se rezan 7 Ave Marías en honor de los dolores y gozos del Señor San José, pidiéndole la gracia de ser su fiel esclavo.
M E M O R A R E
Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se ha oído decir que ninguno de los que ha invocado vuestra protección o implorado vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo. Lleno de confianza en vuestro poder, llego a vuestra presencia, y me recomiendo con fervor! 
¡Ah! No desdeñéis mis oraciones, oh vos, que ha­béis sido llamado padre del Redentor, sino escu­chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo­rablemente.
Así sea.
Trescientos días de indulgencias (una vez por día) apli­cables a los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa León XIII.)

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