LA DISTINCIÓN Y DIVERSIFICACIÓN DE LAS COSAS, ¿PROVIENEN DE DIOS?
Respuesta
SI
Fundamento teológico
SANTO TOMÁS DE AQUINO
Suma Teológica
Parte 1a
Cuestión 47
Artículo 1
Objeciones por las que parece que la multitud o diversificación de las cosas no proviene de Dios:
1ª. Lo uno siempre produce uno. Pero Dios es uno en grado sumo. Por lo tanto no produce más que un efecto.
2ª. Lo imitado se parece a su ejemplar. Pero Dios es la causa ejemplar de su efecto. Por lo tanto, como quiera que Dios es uno, su efecto será sólo uno y no distinto.
3ª. Lo que se ordena al fin es proporcionado al fin. Pero el fin de la criatura es uno, esto es, la bondad divina. Por lo tanto, el efecto de Dios no es más que uno.
Contra esto está lo que se dice en Gen., 1, 4-7: Dios distinguió la luz de las tinieblas y dividió aguas de aguas. Por lo tanto, la distinción y diversificación de las cosas proviene de Dios.
Respondo que la causa de diversificación de las cosas, algunos la determinaron de forma múltiple.
Pues algunos la atribuyeron a la materia, bien aislada, bien en unión con el agente. Demócrito y todos los antiguos naturalistas, la atribuyeron a la materia, no admitiendo más causa que la material. La diversificación de las cosas era debida al azar, según el movimiento de la materia. Anaxágoras la atribuyó a la materia juntamente con el agente, e introdujo el entendimiento como agente de la diversificación, separando lo que estaba unido con la materia.
Pero esto no es sostenible por dos motivos:
1) Primero, porque la misma materia ha sido creada por Dios. Por lo tanto, es necesario que la diversificación que se da a partir de la materia se reduzca a una causa superior.
2) Segundo, porque la materia tiene su razón de ser en la forma, no al revés. Así, la diversificación de las cosas es debida a las formas propias.
Por lo tanto, la diversificación en las cosas no se da por la materia, sino, más bien, al contrario, en la materia creada está la deformidad para que pudiera ser adaptada a diversas formas.
Otros, en cambio, atribuyeron la diversificación de las cosas a agentes secundarios. Así Avicena, el cual dijo que Dios, conociéndose, produce la inteligencia primera, en la cual, por no ser su propio ser, necesariamente entra la composición de potencia y acto. Así, pues, la primera inteligencia, en cuanto que conoce la causa primera, produce la inteligencia segunda. En cuanto que se conoce estando en potencia, produjo el cuerpo del cielo al que mueve. En cuanto que se conoce estando en acto, produjo el alma del cielo.
Pero esto no es sostenible por dos motivos:
1) Primero, crear sólo le corresponde a Dios. Por lo tanto, aquellas cosas que no pueden existir más que por creación, no pueden ser producidas más que por Dios. Estas cosas son todas aquellas que no están sometidas a generación y corrupción.
2) Segundo, porque según esta opinión, la totalidad de las cosas no provendría de la intención del primer agente, sino de la convergencia de muchas causas agentes. Esto es lo que decimos que proviene por casualidad. Así, pues, la perfección del universo, que consiste en la diversidad de las cosas, se debería a la casualidad. Esto es imposible.
Por lo tanto, hay que decir: La diversificación y la multitud de las cosas proviene de la intención del primer agente, que es Dios. Pues produjo las cosas en su ser por su bondad, que comunicó a las criaturas, y para representarla en ellas.
Y como quiera que esta bondad no podía ser representada correctamente por una sola criatura, produjo muchas y diversas a fin de que lo que faltaba a cada una para representar la bondad divina fuera suplido por las otras.
Pues la bondad que en Dios se da de forma total y uniforme, en las criaturas se da de forma múltiple y dividida.
Por lo tanto, el que más perfectamente participa de la bondad divina y la representa, es todo el universo más que cualquier otra criatura.
Y porque la causa de la diversificación de las cosas se debe a la sabiduría divina, Moisés dice que las cosas han sido hechas distintas en la Palabra de Dios, que es la concepción de la sabiduría. Esto es lo que se dice en Gen 1, 3-4: Dijo Dios: Hágase la luz. Y separó la luz de las tinieblas.
Respuesta a las objeciones:
1ª. El agente natural obra por la misma forma por la que existe y que no es más que una sola. Por eso no produce más que un efecto. Pero el agente voluntario, como es Dios, obra por una forma concebida. Así, pues, como quiera que conocer muchas cosas no contradice la unidad y simplicidad de Dios, aun cuando sea uno, puede hacer muchas cosas.
2ª. Aquella objeción sería viable si se tratara de algo imitado que representara perfectamente el ejemplar. De ser así, lo imitado no podría multiplicarse más que materialmente. Por eso, la imagen increada, que es perfecta, sólo es una. Pero ninguna criatura representa perfectamente el prototipo, que es la esencia divina. De este modo puede ser representada por muchos. Sin embargo, y en cuanto que las ideas son llamadas ejemplares, a la pluralidad de cosas le corresponde en la mente divina una pluralidad de ideas.
3ª. En las ciencias especulativas, el medio de demostración que prueba perfectamente la conclusión es uno sólo. Pero los medios probables son muchos. Igualmente, en las ciencias operativas, cuando aquello que se ordena a un fin se adecúa perfectamente, no necesita otro. Pero la criatura no está relacionada de esta forma con su fin, que es Dios. Por lo tanto, fue necesario multiplicar las criaturas.
DE UN TOTAL DE 74 RESPUESTAS:
68 CONTESTARON SI
6 CONTESTARON NO
Según esta estadística la mayoría contestó CORRECTAMENTE .
Insistimos en la importancia de conocer la doctrina de nuestra Iglesia para conservar intacta nuestra fe como nos ha sido mandado por Nuestro Señor y, de esta manera, no correr el riesgo de ser engañados por los errores, que pueden llevarnos a una eternidad sin Dios.
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