jueves, 27 de abril de 2023

Yo lo resucitaré en el último día

 


Yo lo resucitaré en el último día

Viernes 28 de abril

¡Paz y Bien!

Evangelio

Juan 6, 52-59

En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"

Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.

Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre". Esto lo dijo Jesús, enseñando en la sinagoga de Cafarnaúm.

Palabra del Señor

Reflexión

En esta cita se encuentra la médula del significado y del valor de la Eucaristía. Jesús dice: "el que no coma y beba no tendrá vida", por ello, lo primero que surge es que este alimento espiritual no es "optativo", es algo que se exige si verdaderamente se quiere tener la "Vida" y aspirar a la resurrección Eterna. El efecto de este pan de vida, es la unión y permanencia con Jesús. De manera que el pan se convierte en la savia que da vida a nuestra vida injertada en Cristo.

Juan 15 nos dice Jesús que de la misma manera que el sarmiento lo hace con la vid, nosotros debemos permanecer unidos a él. Es decir, no se trata de estar a ratitos (ser cristiano de momentos), sino de una permanencia. Aclara, para que no haya dudas, que el pedazo de pan que se consagra en la Eucaristía es verdaderamente su cuerpo. Es decir, no es una presencia "simbólica", como dicen algunos o meramente espiritual, sino que es real y substancialmente su cuerpo y su sangre.

Finalmente, y como consecuencia de esto, se trata de comer, de masticar (el verbo griego que usa San Juan es "trogon" significa morder, masticar; de darnos cuenta que estamos "comiendo" a Jesús y que esto es precisamente lo que nos da la vida. Te invito a que este domingo, en la celebración eucarística tengas la experiencia de "comer", de "masticar" a Jesús. Que te hagas consciente de lo que comes y que te unas íntimamente, como el sarmiento a la vid, a Jesús.

¡Feliz Viernes!

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