Camino para el estudio de la mística.
7.2 El nacimiento segundo y los efectos de la contemplación
Si recorremos la historia de la espiritualidad, a partir de las primeras fuentes patrísticas (siglos II, III), nos damos cuenta de que los testimonios místicos sobre un "segundo nacimiento" o "segunda conversión" son numerosos y elocuentes. A partir de los primeros Padres de la Iglesia, por tanto, se habla de "vida en el Espíritu de Dios", de "vida nueva" o "renacimiento", que tiene su fuente en el "espíritu nuevo", en el "corazón nuevo ", en la interioridad cambiada del soltero, del hombre.
San Agustín dice: “El Señor había dicho: 'Os he escogido del mundo' (Jn 15,19). La gracia les dio que ya no pertenecían al mundo, así como el Señor ya no pertenece a él, habiéndolos liberado él mismo. Nunca perteneció al mundo, ya que, aun en su forma de siervo, nació del Espíritu Santo, de ese Espíritu del que renacieron los discípulos ”. (Comentario al Evangelio de Juan 108.1). Los testigos de esta novitas cristiana se encuentran viviendo y obrando de un modo absolutamente nuevo, “en Cristo” y según la acción de su Espíritu, “por el Espíritu de Dios se dejan conducir”(Romanos 8:14). Esto impone al lector una exégesis constante de los textos para comprender y penetrar en el sentido auténtico de los testimonios místicos de los autores cristianos, que son innumerables.
Sólo gracias a esta conversión y transformación por el Espíritu cambia también radicalmente el comportamiento social: nace la fraternidad, se trabaja en la justicia, en la caridad expresada en la solidaridad, en la asistencia, en la hospitalidad, en el respeto a los ancianos, en el consuelo de los afligidos, en el sustento de los necesitados. Pero esta opción por el bien no se da por mera filantropía, sino que proviene de una nueva dimensión existencial, fruto de una consciente regeneración de lo profundo, de la que será testigo la praxis de la vida.
Bastará releer un texto clásico de la Carta a Donato di San Cipriano, para comprender de qué estamos hablando:
“Todo esto lo reflejé siempre dentro de mí. De hecho, estaba preso por los muchos errores de mi vida pasada y no creía poder librarme de ellos; y así me entregué a los vicios que se habían arraigado en mí y desesperando de lo mejor, favorecí el mal que había en mí como si fuera algo que me perteneciera y me fuera familiar. Pero después de eso con la ayuda del agua regeneradora, limpiada la culpa del tiempo anterior, una luz de lo alto se difundió en (mi) corazón purificado y puro, después de un segundo nacimiento (nativitas secunda) establecido en mí, animado por un espíritu celestial , un hombre nuevo, de una manera extraordinaria (mirum in modum)inmediatamente se disiparon las dudas, se abrió lo cerrado, brillaron las tinieblas; fue posible realizar lo que antes parecía difícil, lo que parecía imposible era practicable, de modo que reconocí que era una cosa terrenal que antes vivía (en mí) en la esclavitud de los vicios de la carne y que lo que el Espíritu Santo había dado la vida se había originado de Dios. Y tú sabes, y junto conmigo lo reconoces, en qué me ha robado y en qué me ha beneficiado esta muerte al pecado, es decir, la vida en virtud. (…) Es de Dios, os lo aseguro, todo lo que está en nuestro poder es de Dios…”.
Las palabras de Cipriano parecen resonar en la descripción de la transformación interior escrita por Matta el Meskin en el escrito "La alegría de la oración" publicado en italiano por la Qiqajon (Comunidad de Bose):
“Aquí la transformación se produce de una forma sumamente particular, precisa y misteriosa. La energía que proviene de la aceptación de la dirección, el consejo y el mandato del Espíritu Santo supera la acción del ego, no pertenece al ego. La transformación se produce entre la energía que surge de confiarnos a Dios y la energía que se libera con la realización. Verás, en efecto, que empiezas a hacer cosas que te era imposible hacer por ti mismo. Pero aquí estás ahora haciéndolos como si fuera por tu propia voluntad y elección. La acción que realizas se considera tuya, a pesar de que la energía para la realización se ha unido misteriosamente a una energía superior al ego. Entonces verás por ti mismo y en ti mismo que realmente te estás transformando y que realizas las acciones que deseabas, que deseabas y soñabas pero que estaban más allá de tus fuerzas y de tu voluntad, y que no podías realizarlas porque tratabas de realizarlas con tus propias fuerzas. Como intentabas hacerlos tú mismo, no se cumplieron satisfactoriamente. Eran débiles y muy por debajo de lo que deberían haber sido. Pero ahora alégrate porque todo se ha vuelto muy fácil y al alcance de tu voluntad”. (páginas 78-79)
Otro maravilloso testimonio de esta transformación obrada por la gracia en la contemplación de Dios está descrito en la Vida de Santa Catalina de Génova.
Referencia a la " Lectura de las grandes obras maestras de la Espiritualidad ", en nuestro sitio.
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