Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!
Santa vista
21 de abril de 2021
Miércoles de la Tercera Semana de Pascua
Lecturas para hoy
San Anselmo de Canterbury, obispo y doctor de la Iglesia — Memorial opcional
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"Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día". Juan 6:40
¿Crees en jesús? Sin duda, la respuesta es "Sí". Sin embargo, creer en nuestro Señor es algo que debe profundizarse cada día que pasa. Por lo tanto, si tienes fe en Jesús, también puedes admitir que no tienes suficiente fe. En este pasaje del Evangelio en el que continúa el “Discurso del Pan de Vida”, Jesús nos llama a hacer dos cosas. Primero, debemos verlo . En segundo lugar, debemos creer . Empecemos por el primero.
Cuando Jesús habló por primera vez estas palabras a la multitud, ellos vieron su presencia física. Pero muchos de ellos no vieron más allá de la superficie. Vieron sus milagros, escucharon sus enseñanzas, pero muy pocos vieron la realidad más profunda de Jesús como el Hijo del Padre Eterno y el Salvador del mundo.
Si vas a creer en nuestro Señor y en todo lo que Él es, primero debes verlo. Una de las mejores formas de fomentar esta “santa visión” de nuestro Señor es mirarlo en la Santísima Eucaristía. Cuando asistes a Misa o pasas tiempo en adoración y contemplas la Santísima Eucaristía, ¿qué ves? ¿Ves al Hijo Eterno? ¿Ves Su santa divinidad? ¿Ves a tu Dios y al Señor de todo?
Mientras nos paramos o nos arrodillamos ante nuestro Señor, presente en la Santísima Eucaristía, es fácil distraerse. Es fácil permitir que nuestra mente divague hacia los muchos otros aspectos de nuestra vida diaria y no ver al Hijo eterno de Dios tal como está presente para nosotros.
Reflexiona hoy sobre la forma en que miras a nuestro Señor. Si desea profundizar su fe, su creencia, comience con la vista. Empiece por considerar cómo mira a Jesús, presente en la Santísima Eucaristía. Si tienes la bendición de estar con Él este día en la Santa Misa o en adoración, examina la forma de verlo. Míralo. Haga un acto intencional de fe en Su presencia divina. Reconoce Su Deidad, Su gloria, Su santidad y Su sagrada presencia. Si puedes mirar más allá de la superficie y levantar el velo que cubre Su gloria, entonces este santo don de la vista dará paso, también, al don de la fe profunda.
Mi omnipresente Señor, te agradezco profundamente la forma en que vienes a mí en la Santísima Eucaristía. Te doy gracias por Tu divina presencia y gloria. Ayúdame a ver más allá del velo de la apariencia del pan y el vino para que pueda ver más claramente Tu divinidad. Al ver Tu divina presencia, querido Señor, ayúdame a profesar mi fe en Ti con mayor certeza y fe. Jesús, en Ti confío.
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