¿Por Qué Tanto Miedo a lo Desconocido?
Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.
Sabe usted que uno de los caminos seguros de estancarse en la vida es el de agarrarse a lo "seguro"; el caminar por los mismos senderos de siempre, hacer en todo momento lo de ayer, no dar ningún paso sin pensarlo mucho, calcularlo todo y si hay riesgo de fracaso, no hacerlo. El dicho aquel: "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", y muchas actitudes de extrema prudencia nos pueden paralizar e impedir alcanzar el éxito en la vida. Ese gran miedo al riesgo; ese terror a lo desconocido; a lanzarse a abrir camino; a extender las fronteras de nuestro amor, conocimiento, efectividad, capacidad empresarial, espíritu de lucha y superación, ese miedo paraliza; nos entierra en lo de siempre y nos impide alcanzar nuevas metas.
Si muchos pioneros, héroes de la histoira no bubieran roto ese miedo a lo desconocido, el nuevo mundo - América, no hubiera sido descubierto. Los aviones y satélites no estarían surcando los cielos ahora; no hubiéramos visto los automóviles y estaríamos moviéndonos a caballo todavía. Ni aún eso, porque domar un potro y montarse en él supone un riesgo, un lanzarse a lo desconocido. Existe en el ser humano un deseo profundo de realizarse, extender su dominio en todas las áreas de la existencia. Reprimir esto es hacernos inhumanos.
Hay una gama de posibilidades, no alcanzadas por usted pero reales, posibles, alcanzables si se decide a aventurarse en territorios que no le ofrecen garantías y seguridades. Usted tiene la fuerza de un coloso, la grandeza del genio, pero las experimentará mejor en el terreno de lo inseguro; allí donde tiene que ser creativo, fuerte, ingenioso y astuto. Pero si vive en la rigidez de lo siempre hecho, acostumbrado a caminar sólo por lo planificado y experimentado, dispuesto a hacer sólo lo de "ayer", entonces se sentirá insatisfecho y por miedo a la derrota, al riesgo, caerá en el fracaso de no ser lo que podría haber sido.
En vez de andar buscando seguridades busque la seguridad interior que le brinda tener confianza en sí mismo y en su capacidad de solucionar cualquier problema que se le presente. Tiene que ser una roca de autoestima. La seguridad que necesita es la de saber que puede enfrentarse con cualquier cosa, aún sin seguridades externas. La de saber que está hecho y creado por el Señor, con todo lo necesario para abrir camino, luchar y enfrentarse a cualquier problema.
No tenga miedo a lo que no conoce, ni aún al posible fracaso que venga si se lanza. El fracaso es escuela para el éxito; es escalón para el triunfo. En el terreno de lo inseguro se despiertan sus mejores cualidades. Y recuerde, si se apoya en el Señor, si tiene fe como para mover montañas, si cree en el infinito poder de Dios y cree en sí mismo, vencerá, porque ¡CON EL SEÑOR USTED ES INVENCIBLE!.
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