lunes, 5 de octubre de 2020

Reflexión 279: Tu convicción interior

 


Adoracion Perpetua-Jose D Naranjo.


Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 279: Tu convicción interior

Debes buscar escuchar a Dios hablarte a través de una convicción interna dentro de tu alma. A veces, puede sentir que la Voz de Dios es alta y clara, y otras veces puede parecer débil y confusa. Hay muchas cosas que pueden competir con la Voz de Dios, pero si está abierto, llegará a conocer Su Voz con familiaridad. Esto es importante para tu vida espiritual. Aprender a escucharlo hablar y llegar a reconocer Su Voz le permite caminar más fácilmente en Sus caminos a lo largo de su vida. Busque conocer esta convicción interior que Su Voz le presenta. Y a medida que aprenda a discernirlo, aumente la confianza en sus mandamientos de amor. La obediencia diaria a Él de esta manera debe convertirse en el fundamento de todo lo que haces en la vida y se convertirá en una fuente abundante de Su Misericordia derramada (Ver Diario # 1383).

¿Qué tan familiarizado estás con la Voz de Dios? Lo más probable es que no lo escuche hablarle de manera audible. Su Voz a menudo viene como un fuerte sentido de que debemos hacer esto o evitar aquello. Habla influyendo en nuestra voluntad incluso más que en nuestra mente. Podemos estar atentos en nuestra mente a lo que sentimos, pero la convicción que Dios nos da es un sentido espiritual. Aunque Dios puede hablarle a cada persona de una manera única, esta convicción interna es una experiencia común de la comunicación de Dios. Reflexione hoy sobre Dios hablando de esta manera y si lucha con esta meta, vuelva a comprometerse a escuchar. A través de este hábito descubrirás la abundante Misericordia que Dios tiene reservada para ti mientras te guía día a día.

Señor, deseo escuchar Tu Voz hablándome en lo más profundo de mi conciencia. Por favor habla y llena mi voluntad con un sentido y una convicción de Tu santa y perfecta Voluntad. Que pueda aprender a estar atento a Ti todos los días y seguir Tus suaves mandamientos como la luz que guía mi vida. Jesús, en Ti confío. 



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